Avance responde a la mayor demanda, al alza del valor internacional y a una industria local deficitaria en producción.
En los últimos 10 años, los consumidores han debido lidiar con las alzas en los precios de la carne bovina. Según datos de la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa), en algunos cortes, como el asado carnicero y lomo, el incremento, en términos reales, se sitúa entre 67% y 68% desde septiembre de 2002.
El alza se explica, en parte, por el aumento de la demanda interna, generada por un mayor poder adquisitivo de los chilenos y el buen nivel de empleo. Además, influye a nivel internacional el incremento generalizado de los precios de los granos, sequías y el brote de fiebre aftosa en algunos países de la región.
Chile depende del mercado exterior porque la industria nacional es deficitaria. Sólo cubre el 50% de la demanda interna, que llega a 22 kilos promedio anual por persona. Brasil (47,5%), Argentina (21,6%), Australia (13,5%) y Uruguay (11,5%) son los principales mercados que abastecen a Chile.
Alejandro Vial, Presidente de la Asociación Gremial de Ferias Ganaderas de Chile, explica que el negocio de producir carne es bastante caro: “De cuatro millones de cabezas, calculamos que pasamos a tres millones en los últimos años, porque el negocio no era rentable”. Por ello, para Vial, más que un alza de precios, lo que se produjo fue “un ajuste acorde a la realidad (...). El negocio se sustenta en la medida que tengamos estos precios”. Agrega que si los precios se mantuvieran bajos, se habría liquidado a la ganadería. “Suben los precios, pero sube a un nivel muy bajo. Cuando se habla de que subió la carne, se debe considerar que los precios estaban muy bajos”.
Miguel Ponce, gerente general de la Asociación Chilena de la Carne, explica que el precio nacional de vacuno aumentó desde la crisis subprime de 2008: “Los inversionistas se fueron al sector agrícola, y desde ahí los alimentos quedaron más caros”. Ponce apunta también a otros factores: “Todo el mundo me pregunta por qué la carne de vacuno es más cara, y es porque se demora mucho tiempo, tres a cuatro años, en ser producida. El vacuno tiene una limitante de tierra. Hay cultivos mucho más rentables que poner pasto”.
Para Ponce, la industria chilena tampoco se ha podido desarrollar: “No tenemos productores de carne bovina. Son muy pocos los que transforman el animal en el producto final (...). Yo les digo (a los productores): ‘¿Cuándo has vendido un kilo de carne?’. Prefieren vender el animal completo, porque es más cómodo que te paguen por eso”.
Según la Odepa, el índice de precios de la carne bovina internacional que reporta la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura está en niveles históricamente altos. Desde 2011 ha superado 180 puntos, tomando como base el período 2002-2004, cuando el valor promedio estaba en 100 puntos.
Fuente: La Tercera