Desde el mes de septiembre, la forma de movilizar ganado en Chile sufrió un cambio. La hasta entonces obligatoria guía de libre tránsito dio paso al nuevo formulario de movimiento animal.
Luego que el 4 de julio de 2012 se aprobara la Ley Nº 20.596 que mejora la fiscalización para la prevención del delito de abigeato, se estableció que este documento debe acompañar todo transporte de ganado, formando parte del Programa de Trazabilidad Animal que lleva adelante el Ministerio de Agricultura a través del SAG.
A juicio del director nacional del SAG, Aníbal Ariztía, las diferencias son varias. Una de ellas es que el formulario es gratuito; la segunda, que el formulario no se obtiene en las municipalidades sino en las oficinas del Servicio Agrícola y Ganadero y en Carabineros de Chile. “E incluso a través del Sipec web, que es el sistema detrás de la trazabilidad que ha desarrollado el servicio y que estamos poniendo en marcha y a disposición de todos los ganaderos del país”, señaló a Campo Sureño, con quien analizó los primeros cuatro meses de operación del sistema.
El personero agrega que en este formulario se establece la autorización del propietario de los animales, se indica quién es el transportista y cuál es el destino del ganado. “En el caso de no contar con el formulario mencionado, se presume que podría haber un delito de robo o abigeato y la carga queda en custodia hasta que el transportista logre acreditar el origen de los animales. De no poder hacerlo se presume que hay un delito”, afirma.
A juicio de Ariztía, se trata de un cambio de forma, pero también de fondo. En ese plano, apunta básicamente a que este sistema hace responsable del transporte del ganado al propietario y a la persona que despacha los animales. “La guía de libre tránsito la podía comprar cualquiera; hoy el formulario lo tiene que suscribir una persona que está inscrita en el SAG, como propietario de un plantel animal. La mayoría ya tiene el Rol Único Pecuario (RUP) que lo habilita como legítimo tenedor de animales. Y sólo con ese RUP la persona puede solicitar el formulario de movimiento animal”, reitera.
Al respecto, destaca que el interés del SAG no está en monitorear el movimiento de ganado porque quieran tener un control desde una perspectiva económica o comercial. “No nos interesa saber lo que tiene Pedro, Juan o Diego, lo que nos interesa del sistema de trazabilidad es el aspecto sanitario que es fuertemente demandado por los países a los que nosotros pretendemos venderle carne. Hoy hemos abierto mercados muy importantes. Demoramos ocho años en abrir el mercado de la carne en Corea del Sur; y en China pasa lo mismo. Entonces tenemos un mercado que es muy expectante. Y esos mercados nos piden y exigen, de una u otra forma, que tengamos un sistema de trazabilidad”, remarca.
-Algunos señalan que el sistema puede generar problemas para los pequeños campesinos que trabajan en la informalidad, cerrándole las puertas para el comercio legal…
-Para nosotros es un problema el que no estén formalizados. Pero entendamos que el objetivo que estamos persiguiendo es un objetivo noble y legítimo. Y que aunque cueste estamos dando las facilidades del caso. Por eso estamos invitando a todos los pequeños propietarios para que se inscriban como legítimos tenedores y obtengan su RUP en las oficinas del SAG. Insisto, lo que pretendemos con esto es un beneficio para toda la población. Lo que queremos es evitar que a la gente le llegue una carne que pueda estar contaminada o causar daños a la salud.
-¿Cómo analiza la aplicación del nuevo formulario en los cuatro meses que está en marcha y considerando que han existido críticas del mundo ganadero?
-Como todo proceso esto tiene una puesta en marcha. Y nosotros consideramos que ya pasamos esa etapa. Hubo algunos inconvenientes al principio, pero hoy el Formulario de Movimiento Animal está siendo entregado sin problemas en todas las oficinas del SAG y en la mayoría de los retenes de Carabineros. Hoy día creo que hay una situación tranquila y si tenemos algunos casos puntuales y excepcionales de oficinas o retenes que se queden sin formularios, agradecemos a los usuarios que nos hagan saber esa información, para solucionarlo en el momento oportuno.
-En los gremios señalan que Chile debe avanzar con decisión hacia la trazabilidad total, algo que a la fecha no se ha logrado. ¿Cree que es un desafío pendiente desde la perspectiva del SAG?
-Sin lugar a dudas que la respuesta es totalmente afirmativa. El tema de la trazabilidad se viene conversando desde el año 2004. Desde hace ocho años el sector ganadero y las autoridades están hablando de ese tema que es importante para el sector. Y me consta que se han invertido muchos recursos en esto. Los privados están a la espera y es lo que corresponde, porque es el Estado y el SAG quienes deben poner a disposición de toda la industria un sistema de trazabilidad que funcione, que sea confiable y que sirva.
-Por ejemplo en cuanto al Sistema de Información Pecuaria ¿siente que están en deuda?
-La verdad es que éste es un punto en el que estábamos al debe y por lo cual hemos recibido críticas. Algunas justas y otras injustas. Pero el sistema está funcionando, lo tenemos en el aire y está siendo usado. Ahora, como todos los procesos e innovaciones y sobre todo por la presión de sacar luego este tema, porque es muy importante para el sector pecuario, nos hicieron lanzarlo con ciertos defectos que están siendo corregidos. Pero es un sistema que opera, aunque seguramente le vamos encontrar fallas…opera con una especie de autorregulación del usuario de manera que estos problemas se comuniquen y se puedan solucionar a la brevedad. Éste un compromiso que teníamos desde cuando asumimos y lo estamos sacando adelante. Si uno le pregunta a 10 ganaderos cómo cree que debería funcionar el asunto, normalmente uno va tener una diversidad de respuestas. Pero lo importante es que nosotros hemos tomado una decisión, hemos sido muy respetuosos y responsables en el uso de los recursos fiscales. Pero insisto, está funcionando y vamos a trabajar para que siga mejorando cada día.
Emplazamientos
Ariztía está consciente de los reclamos de parte de los gremios sureños que han hecho fuertes críticas a la labor del SAG, por ejemplo en cuanto al levantamiento de las barreras físicas sanitarias para el control de plagas de la papa. Sobre todo, después del descubrimiento del nematodo dorado en la provincia de Llanquihue por la llegada de papas de consumo de la zona norte que se plantaron como semillas.
El director del SAG no cree que las barreras físicas sean la solución. A su juicio, los controles fronterizos son eficaces porque funcionan 24 horas y hay un equipo de gente amplio, además de instrumental y hasta Rayos X que evitan que alguien pueda ingresar vegetales a Chile.
“Pero una barrera sanitaria que tiene un horario que todos conocen, tanto los honestos y los deshonestos, y se sabe que controla hasta las seis de la tarde, es una barrera que no funciona. Le podrá servir a la señora que compró papas en Concepción y se la lleva para comérselas en otra parte de Chile. A ella le van a decir que no las siembre o queme las cáscaras. Pero aquel que quiera transportar un camión de papas va a pasar a las ocho de la noche o las dos de la mañana”, dice.
En ese marco explica que si las barreras físicas no se equipan fuertemente, simplemente no sirven. “Déjenme decir otra cosa, ¿se imagina que nos diría la gente en la Ruta 5 si cada auto, camión o camioneta fuera revisado para ver si lleva un saco de papas? Tener una barrera como un control fronterizo en la mitad del país no es posible”, asegura.
Por ello, dice que en el organismo apelan a la educación. “Tenemos la voluntad de ayudar y difundir los peligros que significa para una zona libre de plagas traer papas desde otras zonas del país. Pero no podemos pretender que el SAG tenga policía y un control como en la frontera para evitar que se transporte un kilo o un saco de papa. Esa es la posición nuestra”, plantea el personero.
-Y desde la perspectiva de la burocracia, ¿cree que es necesaria una modernización del servicio?
-No le hago el quite al tema. Yo creo que en la mayoría de los servicios públicos, y en el SAG también, tenemos todavía cierta burocracia y demoras. Nosotros tenemos que cumplir un montón de papeleos y otras cosas. Porque como servicio público uno puede hacer exclusivamente lo que la ley le permite. No es que uno pueda llegar y decir te resuelvo el problema como sucede en un banco o una empresa privada.
-¿En el sector público es más complejo el sistema?
-En el servicio público las cosas son más complicadas. Pero yo creo que hemos dado pasos importantes en el sentido de acercarnos a los usuarios, a sus necesidades y resolver rápido sus problemas. Nos queda camino por recorrer, sin lugar a dudas, pero para eso le pedimos a los mismos usuarios que nos digan dónde están los problemas, que nos hagan llegar cartas o correos electrónicos. Que nos hagan llegar las críticas y nos digan por dónde creen que se podría mejorar, dónde los estamos tratando mal, haciendo perder tiempo o siendo poco productivos.
Fuente: Revista del Campo Sureño