Guillermo Moreno lo hizo: la carne es para los argentinos. Casi siete años después de la intervención que dispuso sobre la actividad ganadera, el mercado interno absorbe casi la totalidad de la carne que se produce en el país
Eso es lo que se desprende de un informe elaborado por la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra), que indica que apenas el 7,1 por ciento de la carne producida en el país se exporta, según los volúmenes vendidos entre enero y noviembre de 2012.
En 2005, el año anterior a que Moreno fuera designado por Néstor Kirchner al frente de la Secretaría de Comercio Interior, la Argentina dedicaba un 25% de la producción de carne a la exportación.
Medidas en ingresos, las exportaciones de carne alcanzaron un monto de 913,7 millones de dólares, 23,5 por ciento por debajo del período enero-noviembre de 2011, según destaca el informe de Ciccra.
La proporción entre mercado interno y externo se va acercando cada vez más a la de un año negro para la ganadería: 2001. Entonces, la Argentina reconoció oficialmente los brotes de aftosa que afectaban a su ganado, dos años después de que el gobierno de Carlos Menem decidiera dejar de vacunar a la hacienda contra esa enfermedad. Tras la aparición de la aftosa, se cerraron 70 mercados, entre ellos, el de Estados Unidos, que todavía no se pudo recuperar. En 2001 se exportó apenas el 6,3% de la producción total de carnes, apenas 1,5 puntos porcentuales por encima de los números de 2012.
Para la industria frigorífica, el problema de la caída de las exportaciones ya no se origina en las prohibiciones, como la ordenada por Kirchner en 2006, sino por el atraso cambiario. Según Ciccra, "la primera medida para el comienzo de la solución es lograr un tipo de cambio efectivo para el sector industrial más alto que el actual [4,17 pesos por cada dólar exportado], que le permita a la industria recuperar los mercados abandonados por falta de competitividad".
Además del problema cambiario, la carne debe abonar un derecho de exportación del 15 por ciento. El año pasado, el Consorcio de Exportadores de Carne (ABC, por sus siglas en inglés) le presentó a Moreno una propuesta para aumentar la producción y las exportaciones, en la que se incluía la eliminación de las retenciones. El secretario y la Presidenta sólo accedieron a reducir las retenciones para la carne cocida después de conocerse la decisión de la empresa JBS de cerrar una planta frigorífica en Venado Tuerto. La rebaja tuvo vigencia por seis meses.
La caída de las exportaciones no sólo afecta a los frigoríficos, sino también a los ganaderos. Según Ciccra, la baja "genera una menor demanda de animales en pie, motivo por el cual el precio del ganado se mantiene en valores nominales casi idénticos a los de los dos últimos años, quitándoles incentivos a los productores ganaderos para aumentar la producción".
La falta de incentivos por las trabas al comercio había provocado entre 2008 y 2009 una fuerte liquidación del stock bovino, estimada en 12 millones de cabezas o el equivalente a todo el rodeo bovino del Uruguay. En esos años también hubo una fuerte sequía que encareció el costo de alimentación de los bovinos y empujó a los productores a vender sus animales.
Diferencias con Uruguay
La caída de las exportaciones no se debe a una crisis del mercado internacional. Eso se desprende del comportamiento de los países vecinos. En 2012 las exportaciones de carne en Uruguay se incrementaron 11% en volumen y 6,9% en ingresos, según informó la agencia Reuters. Las ventas alcanzaron las 376.921 toneladas, con ingresos por 1435 millones de dólares. En 2011 las ventas externas alcanzaron los 1342 millones de dólares.
Fuente: La Nación.com.