Cómo mantener el ganado en el invierno
10 junio 2013

 El invierno en la zona sur se convierte en un dolor de cabeza para los ganaderos del sur de Chile, por esta razón es que expertos de Inia Remehue entregaron recomendaciones de cómo enfrentar esta estación y mantener el alimento para sus animales.


El especialista en praderas y cultivos forrajeros del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (Inia), Alfredo Torres, luego de las primeras heladas en el mes de mayo y ante el inminente descenso de las temperaturas en toda la zona sur, afirmó que los principales efectos de las bajas temperaturas es la paralización del crecimiento de las praderas, las que constituyen la principal fuente de alimentación para el ganado.

El experto indicó que esto no debiera provocar dificultades, ya que todos los años los productores previendo este menor crecimiento de las plantas se preparan con forraje y se abastecen de alimentos para suplementar la alimentación; sin embargo, en el informativo Nº 61 de Inia Remehue, titulado: “Efectos de las bajas temperaturas invernales sobre las praderas y el ganado en la zona sur de Chile”, el que también está disponible en forma gratuita en la Biblioteca Digital de este centro de investigación en el linkhttp://bibremehue.inia.cl/, se entregan algunas recomendaciones.



RECOMENDACIONES



1.- Alimentación y costos: En la época invernal se debe procurar contar con alimentos en cantidad y calidad apropiados para la producción animal al menor costo posible. Es importante tener en cuenta que una megacaloría de energía proveniente de un concentrado puede costar hasta 6 veces más que la de praderas permanentes bien fertilizadas. Los costos intermedios se encuentran en los forrajes conservados y cultivos forrajeros.



2.- Fertilización de praderas: Una pradera bien fertilizada está mejor preparada para enfrentar los efectos adversos del medio ambiente, tanto bióticos como abióticos, entre ellos el clima. Además provee un forraje abundante, de buena calidad y lo más importante, de bajo costo.



3.- Conservación de Forrajes: Forrajes conservados en forma de ensilaje en una fecha adecuada (fines de octubre o inicios de noviembre o en estado de bota a inicios de espiga), nos debería entregar un alimento abundante, de buena calidad y de un costo razonable (inferior al costo de un concentrado). También es importante considerar el heno, pero teniendo presente que en nuestra zona es de limitada calidad y solo debe usarse con fines de mantención o aporte de fibra efectiva.



4.-Siembra o regeneración de praderas y cultivos suplementarios. Existen alternativas de siembra de primavera y otoño, con un costo un poco mayor, pero de buena calidad y rendimiento.



5.- Uso de concentrado. Es la opción de mayor costo, por lo tanto debería evitarse su uso en emergencias, a menos que estemos con peligro de mortalidad de animales. Su uso debe ser programado, con respuesta económica a la producción y en forma estratégica. La compra de granos en el momento de la cosecha, podría disminuir significativamente su costo.



6.- Manejo de pastoreo en invierno. Es muy común que los productores realicen un manejo de pastoreo invernal, similar al que se hace en primavera, con rotaciones de 20 o 30 días, cuando la pradera no se ha recuperado adecuadamente para ser utilizada. Esto provoca un sobre pastoreo permanente que puede conducir a una degradación. Dependiendo del nivel de fertilidad y de las especies presentes esta rotación puede variar entre 40 y 60 días, para lograr una buena recuperación y una adecuada disponibilidad de forraje.



7- Sistemas productivos. Sistemas productivos primaverales, naturalmente bajará los requerimientos alimenticios en invierno y aprovechará mejor la abundancia y calidad de las praderas en esta estación del año.



8.-Protección contra condiciones climáticas. Tener cortinas cortavientos, privilegiar potreros con matorrales o topografía que permita el resguardo del ganado. El viento es uno de los factores climáticos que más afecta a los animales. En este sentido, el Inia recomienda preocuparse primero de los animales más pequeños, de los enfermos y los que estén en mal estado corporal, los cuales se deben resguardar en galpones o instalaciones abrigadas para evitar enfermedades y posibles muertes de ganado.
 

Fuente: Revista del Campo Sureño

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