Recientemente se aprobaron tres nuevos reglamentos en el tema que buscan mejorar las condiciones del transporte, del beneficio y del faenamiento, pero aún hay falencias en distintos aspectos clave.
Hace poco más de un mes, un programa de televisión impactó con imágenes de animales sangrantes en ferias y transportes al matadero, otras de malas prácticas al momento de sacrificarlos y en las granjas de crianza. Se cuestionó a la industria por incumplimiento a las normas y estándares internacionales, y al Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) por deficiencias en su fiscalización.
¿Es letra muerta la legislación que existe en nuestro país? ¿Está Chile bajo los estándares internacionales en este tema? ¿Estamos ante un escenario en el que el SAG hace vista gorda en una suerte de “amiguismo” con aquellos a quienes fiscaliza?
Es indudable que el reportaje de la televisión mostraba imágenes que golpeaban emocionalmente. Pero, más allá de los cuestionamientos, la realidad es que cuando se trata de producir carne, las exigencias que imponen los consumidores son cada vez más altas. No quieren que los animales sean maltratados ni en su crianza ni en su procesamiento. A ello se agrega que el producto final debe tener una alta calidad, lo que pasa también por cómo se produce y se faena el animal, ya que si no se es cuidadoso, entonces, el animal se golpea y estresa, y el producto final pierde condiciones.
“Yo creo simplemente que no tenemos que tratar de convencernos unos a otros, es como con las culturas y las religiones, solo debemos respetarnos. Pero todos debemos estar conscientes de que si hemos domesticado algunos animales para producir alimentos y otros para tener compañía (caso de las mascotas), somos también responsables de su bienestar y debemos tratar de que ellos tengan sus necesidades básicas cubiertas, las que han sido ya consensuadas en todo el mundo como las cinco libertades de los animales (ver recuadro)”, precisa la doctora Carmen Gallo, perteneciente al Programa Bienestar Animal del Instituto de Ciencia Animal de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Austral de Chile, reconocida especialista en el tema a nivel nacional e internacional.
La experta reconoce que lo que apareció en el programa de televisión son situaciones reales, pero insiste en que “no reflejan para nada la realidad de la mayor parte de la producción y faenamiento de animales para carne en Chile, porque justamente mostraron “lo peor” y no lo que es la rutina… Además, si bien son muy respetables las ideas de los veganos, también corresponden a una minoría de personas… Lamentablemente, dejan una idea general de maltrato que no corresponde, en particular considerando los avances en el tema de bienestar animal en los últimos años en Chile”.
Que se haya avanzado en el país, no significa que se esté al mismo nivel de, por ejemplo, Europa (al menos el lado occidental). Sin embargo, de acuerdo con los expertos, Chile ha sido reconocido por el Viejo Continente por estar a la vanguardia en el tema a nivel latinoamericano. “De hecho, fue el primer país en incorporar estos temas en sus tratados comerciales”, puntualiza Gallo.
“La producción industrial pecuaria no es compatible con la posición de los veganos, por muy respetable que esta nos pueda parecer. La industria responde a normas oficiales, tanto nacionales como de organismos internacionales, tales como OIE y FAO. Esta última recomienda el consumo de carne y otros productos pecuarios por ser una fuente proteica de alta calidad y de fácil acceso”, comenta el gerente del Departamento de Sanidad e Inocuidad de la Asociación Gremial de Productores de Cerdos (Asprocer), Pedro Guerrero.
En el país, desde 2003 que se vienen implementando y promoviendo acciones de bienestar animal, teniendo como referente principal a la Unión Europea (UE), que ha elaborado diversas normativas.
Tres nuevos reglamentos
El SAG es el organismo público, dependiente del Ministerio de Agricultura, al que le corresponde la fiscalización de las condiciones adecuadas para la producción animal en todas sus fases, considerando los aspectos del bienestar animal en las actividades definidas por la Ley sobre la Protección Animal, y que hoy se encuentra regulada por los Decretos Nos 28, 29 y 30.
A fines de mayo la Contraloría aprobó tres nuevos reglamentos que incrementan sus facultades fiscalizadoras en materia de bienestar animal. En el año 2010, y sobre la base de la Ley N° 20.380, se creó la unidad de bienestar animal del SAG. Esta, junto con representantes de entidades privadas, públicas y académicas, elaboraron estos tres reglamentos sobre fiscalización en el ámbito del bienestar de los animales: producción industrial, comercialización y recintos de mantención animal (aprobado el 24 de mayo); transporte y ganado (aprobado el 16 de mayo), y beneficio y sacrificio de animales, para consumo humano y en emergencia sanitaria humana o natural (aprobado el 30 de mayo).
Guerrero dice que los reglamentos son “muy bienvenidos” en el sector porcino.
“Es importante señalar que, antes de su promulgación, los tres reglamentos fueron a consulta pública, por lo cual la industria porcina pudo ponerlos en práctica anticipadamente. Dicho lo anterior, es importante tener presente que estos reglamentos no son consecuencia de un programa o denuncia en particular, ya que la industria y el SAG vienen trabajando en temas de bienestar animal desde hace varios años”, resalta.
Si bien reconoce que los reglamentos aún no contienen todo y que su fiscalización no será fácil, la doctora Gallo reconoce que “los reglamentos son importantes como respaldo legal, pero lo más importante es que se difundan sus contenidos (que se den a conocer a través de distintos medios) y que las personas comprendan el “por qué “deben hacer las cosas de una forma y no de otra… nuevamente, insisto, que se eduque”, enfatiza la doctora Gallo.
Las nuevas normas establecen que, en materia de transporte, los inspectores del SAG tendrán la facultad para realizar inspecciones durante el viaje y solicitar cualquier antecedente relevante que pueda afectar las condiciones de bienestar animal, tales como el plan de viaje y el de contingencia, entre otros.
Respecto de la producción industrial, comercialización y recintos de mantención animal, el organismo podrá exigir planes de contingencia, personal con capacitaciones comprobables, instalaciones y condiciones ambientales adecuadas, entre otros. En cuanto a beneficio y sacrificio, los inspectores SAG velarán porque se logre un buen manejo y desplazamiento de los animales, con calma y sin hostigamiento, revisar el diseño de corrales de espera y métodos de sujeción apropiados y métodos de insensibilización, entre otros.
La doctora Gallo explica que los tres decretos ponen énfasis en cuanto a lo que está prohibido, lo que seguro ayudará a evitar algunas prácticas inadecuadas que provocan dolor en los animales, como es el golpearlos o tirarlos de partes sensibles, y que deben respetar las cinco necesidades básicas de los animales.
Agrega que están muy en sintonía con las tendencias mundiales, con las recomendaciones de la OIE, institución responsable de la salud y el bienestar animal a nivel mundial.
Jaulas y castramiento
Respecto de las denuncias sobre el maltrato que sufren los animales por manejos inadecuados, como las jaulas de maternidad, cuestionadas en Europa y Estados Unidos, así como por procedimientos dolorosos -castramiento sin anestesia-, la doctora Gallo explica que “las jaulas de maternidad para las cerdas en Europa ya están prohibidas, puesto que hay evidencias científicas de que es un manejo que provoca en ellas mucho estrés y restringe su comportamiento natural; el comportamiento natural constituye uno de los aspectos contemplados en las reconocidas mundialmente “5 libertades ó 5 necesidades” básicas de los animales que las personas debemos respetar”.
En Agrosuper, empresa en contra de la que se han formulado acusaciones sobre el uso de jaulas y castramiento con maltrato, indican que se rigen por las regulaciones que establece la certificación Pabco (Plantel Animal Bajo Certificación Oficial) del Servicio Agrícola Ganadero (SAG), el cual hace referencia a las instalaciones y que es necesario para la exportación.
“La disposición de las instalaciones -establecidas en dicha normativa- tiene como objetivo proveer de un espacio adecuado al animal y sus crías, permitiendo que tengan el correcto acceso al alimento y agua, evitando también que las crías sufran accidentes por efecto de aplastamiento de la madre durante el período de amamantamiento”, plantea Gonzalo Mena, subgerente de sanidad de esa empresa.
“La tendencia generalizada en Europa es mantener a los animales en corrales grupales de gestación, pero demorará significativamente su implementación masiva, debido a las modificaciones estructurales de gran envergadura que significa”, acota desde Asprocer Pedro Guerrero.
Respecto del proceso de castramiento, Mena aclara que “es un procedimiento que se realiza habitualmente en la industria. Sin embargo, en Agrosuper existe un programa de capacitación de manejos quirúrgicos supervisado por veterinarios, además de estrictas normas de sanidad para su aplicación, las que apuntan a mitigar el dolor de los animales durante dicho proceso quirúrgico”.
Sin embargo, la doctora Carmen Gallo dice que es efectivo que a las crías se les cortan cola y testículos sin anestesia, y que esto representa un proceso doloroso para el animal: “Basta observar las reacciones de los animales a estos procedimientos y hay muchos estudios científicos que así lo respaldan”.
De hecho, según la especialista, hay formas para evitar estos procedimientos, entre ellos criar animales enteros, es decir sin castrar; o hacerlo con un procedimiento no quirúrgico (por ejemplo, usando la inmunocastración).
“Pero si la industria decide que por aspectos productivos debe continuar con estas prácticas, puede hacerlo reduciendo el dolor que provocan (así lo señala ahora el Decreto 29), como es usando anestésicos y analgésicos, aunque siempre procurando que no queden residuos en los productos. Por otra parte, mientras más pequeño en edad el animal, sufre menos porque el procedimiento es más corto y simple, y porque la contención de los animales es menos estresante”, dice.
“También un animal muy joven se recupera más rápido de esta cirugía, por lo que se realiza a los pocos días de vida, aunque igual sienta dolor. Es decir, debemos pensar en reducir el sufrimiento que se provoca a los animales con estas prácticas, si consideramos que es necesario realizarlas”, explica Carmen Gallo.
Las 5 libertades de los animales
En 1993, el Consejo de Bienestar para Animales de Granja del Reino Unido (Farm Animal Welfare Council)formuló las “5 libertades” para el bienestar de los animales. La doctora Carmen Gallo explica que “no corresponden a un reglamento o norma. En todo el mundo se usan de la misma forma y se tienen como una meta de hacia dónde queremos llegar”. La especialista asegura que “todos los estudios y evaluaciones usan como base las 5 libertades para ver qué tanto se cumplen; pero no se logran en 100%. La idea es acercarse al máximo”, concluye. Ellas son:
1. Libres de hambre y sed: a través de un fácil acceso a agua limpia y de una dieta que mantenga un estado de salud adecuado.
2. Libres de incomodidad: que cuenten con un ambiente adecuado, con protección y áreas de descanso cómodas.
3. Libres de dolor, heridas y enfermedad: Es decir, contar con esquemas preventivos y diagnósticos y tratamientos oportunos.
4. Libres de poder expresar su comportamiento normal: se les debe entregar espacio suficiente, infraestructura adecuada y compañía de animales de su especie.
5. Libres de miedo y estrés: para esto se les debe asegurar a los animales condiciones que eviten el sufrimiento psicológico.
Fuente: Revista del Campo