Una queja habitual en el sector silvoagropecuario es que las instituciones financieras no responden a los requerimientos de la actividad. En el último tiempo la banca ha estado desarrollando líneas de financiamiento especializadas para la agricultura; sin embargo, estas aún no logran satisfacer del todo a los productores agrícolas y ganaderos.
“Hoy el acceso al sistema financiero es en forma individual, es decir se ve caso a caso, empresa por empresa. De esta forma el que ha tenido dificultades en el pasado por una mala cosecha debido a problemas climáticos, evidenciará dificultades o un aumento en las exigencias para otorgar un nuevo crédito”, sostuvo Gastón Caminondo, presidente de la Asociación de Fomento Agrícola de Temuco (Sofo).
El dirigente, advirtió que justamente cuando las cosas no resultaron como se esperaba; es decir cuando el productor aplicó todo el paquete tecnológico e hizo todo el gasto, pero la cosecha no logró cubrir lo invertido, “es cuando el agricultor más necesita del apoyo financiero de los bancos, para enfrentar la nueva o próxima temporada de siembras y es ahí donde no siempre contamos con el apoyo oportuno de la banca”.
En la fruticultura la situación no es muy distinta. Carlos Inostroza, presidente de la Asociación Araucanía Frutícola, aseveró que en este último tiempo han tomado contacto con Banco Estado para tratar de implementar un instrumento que se adapte a los tiempos y costos de los productores frutícolas.
CIFRAS
De acuerdo con las cifras entregadas por la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras (SBIF), el sector agropecuario y silvícola ha incrementado sus colocaciones de $ 1.428.258 millones en noviembre de 2005 a $ 3.520.845 millones a noviembre de 2012, es decir, crecieron en 146,5%, a una tasa promedio de 13,8% anual.
En el mismo período, los créditos comerciales totales, lo hicieron en 126,2%, a una tasa promedio anual de 12,4%. Dentro de los subsectores, el rubro agrícola y ganadero – que excluye la fruticultura –, con 184,9%, tuvo la mayor expansión. La fruticultura creció en 103,3% y la silvicultura, en 91,5%. Durante este lapso, la participación del sector dentro del total de las colocaciones comerciales pasó de 5,4% a 5,9%, siendo el año 2011 cuando alcanzó un máximo de 6,6%.
ESTUDIO
Según se desprende del análisis realizado por la Oficina de Estudios y Política Agrarias (Odepa), estudio realizado por el experto Alfonso José Traub Ramos, en el mercado existe un abanico de alternativas de financiamiento.
Traub aseguró que si bien la mayoría de las entidades financieras no tienen una línea de trabajo especializada para el sector – la agricultura es uno más dentro del total -, existen instituciones creadas para atender este mercado, como son el Rabobank y Banagro, y otras que cuentan con unidades especializadas como el Banco del Estado, el cual, además, ha creado líneas especiales de financiamiento: compra flaco vende gordo, compra de tierras, crédito de enlace de riego, entre otras. Recientemente, el Banco Internacional también ha establecido una unidad especializada.
En esta materia, el experto agregó que “sin cumplir ninguna de estas condiciones , a diciembre de 2012 es el Banco Santander, con un 25,1%, el que tiene el mayor porcentaje de las colocaciones silvoagropecuarias. Luego siguen el Banco de Chile, con 19,1%; Rabobank, con 12,3%; BCI, con 10,2%, y en quinto lugar el Banco del Estado, con 8,3%. Cabe destacar que el 65,1% de la cartera de Rabobank está colocada en el sector, principalmente en grandes empresas; en cambio, para el Banco Santander esta cartera representa el 4,7% de sus colocaciones”.
“La participación del sector en el total de las colocaciones comerciales tiene relevancia en aquellas regiones con mayor vocación productiva silvoagropecuaria, ubicadas en la zona centro-sur del país: O´ Higgins, del Maule, de La Araucanía, de Los Ríos, de Coquimbo y de Los Lagos. Sin embargo, al hacer la comparación con respecto al total de las colocaciones regionales, la participación del sector se reduce significativamente, pasando del 5,9% promedio a 3,6%. Lo anterior se explica por el peso específico que tienen los créditos hipotecarios para la vivienda y de consumo, que en promedio representan el 38,5% de las colocaciones regionales”, sostiene Traub en su informe.
INSUFICIENTE
Si bien, no hay duda que han ha aumentado las colocaciones del sector silvoagropecuario, la oferta de financiamiento, según precisa el economista Patricio Ramírez, sigue siendo insuficiente frente a la creciente demanda.
” Todavía la oferta es insuficiente para la demanda de financiamiento que necesita el sector, y es trabajo tanto del sistema financiero como del propio sector el seguir avanzando en reducir esas brechas que permitan un mayor crecimiento y proyección del sector y de la economía en torno al mismo”, precisó el docente y director de la carrera de Ingeniería Comercial de la Universidad Autónoma de Chie
Al respecto Gastón Caminondo, sostiene que a pesar de que se han implementado nuevas líneas de créditos “aún falta mucho por hacer. Estimamos que ello depende por el escaso o nulo conocimiento de la banca y sus ejecutivos, sobre las características productivas del sector agropecuario”.
Caminondo agregó que “falta una mayor especialización, información y conocimiento de los ejecutivos de la banca sobre los tiempos que tiene el sector agrícola, por lo tanto, el sistema no posee el conocimiento requerido para la evaluación financiera”.
En cuanto a los instrumentos que existen en el mercado, el agricultor que por razones de tasa el crédito a largo plazo es el que más se adapta al sector. “Dada sus características, nos permite en lograr que el agricultor se estabilice nuevamente”, advierte Caminondo.
A juicio del dirigente gremial un gran porcentaje los agricultores acceden hoy a financiamiento otorgado por los proveedores, casas comerciales que conocen y entienden muy bien, la forma como producen los agricultores y cuyos costos no se alejan mucho de los intereses cobrados por la banca.
“Al respecto sabemos y estamos seguros que la banca chilena puede entregar créditos a tasas inferiores, acercándose a los intereses aplicados internacionalmente, al sector agrícola, como a las demás actividades económicas”, precisó Caminondo, quien agregó “que el Estado debe asegurar el acceso oportuno y acorde. y tal como lo mencionamos, con tasas de interés internacionales, ofreciendo al sector condiciones competitivas similares a los que gozan otros productores agrícolas en el mundo y permitiendo una mayor competencia dentro del estamento financiero”.
OFERTA REGIONAL
Entre la oferta de financiamiento en La Araucanía está Empresas Agrotop, reconocida empresa agraria de la Región, que ha levantado un mecanismo de trabajo en el que también se involucra el financiamiento.
“En nuestro caso hay que entender que somos una empresa del agro, no una institución financiera, por lo tanto nuestra mirada siempre ha sido el como fortalecemos la relación agricultor-empresas agrotop, como somos capaces de generar valor al agricultor, acompañándolo en su proceso de financiamiento, siembra, asesoría técnica, cosecha y comercialización del grano”, sostuvo Carlos Sandoval Velásquez, gerente de Finanzas de Empresas Agrotop y responsable de la unidad de negocios Agrotop SF,.
El rol de la unidad Agrotop Soluciones Financieras ha estado enfocada principalmente en tres aspectos. Primero en el levantamiento de capital, ya sea para capital de trabajo o financiamiento de largo plazo, permitiendo al agricultor trabajar con mayor tranquilidad y contando con un equipo humano altamente calificado con conocimiento del agro, que apoya al agricultor frente a la banca para el levantamiento de capital.
“La principal herramienta que hemos desarrollado es lograr que los contratos de abastecimiento con cualquiera de las empresas de las empresas agrotop (Saprosem, Oleotop, Avenatop, Agrotop) se conviertan en una garantía real para la banca y que contra estos el agricultor se pueda financiar”.
En un segundo punto está el manejo Riesgo Precio. Por medio de coberturas contra Futuros, AgrotopSF permite a los agricultores tomar seguro de precio, ya sea para trigo, maíz, avena y/o raps. De esta forma, el agricultor podrá tener la certeza en cuanto a sus ingresos futuros del precio por tonelada de su producto, independiente del precio internacional.
En tercer lugar está el manejo riesgo tipo de cambio, vía forward y opciones AgrotopSF permitiré a los agricultores con contratos, tomar las coberturas de tipo de cambio además de cambiar la fijación en dólares a pesos en moneda nacional.
Para Daniela Riquelme, jefe de sucursal de Emprende Microfinanzas, aún hay mucho por hacer en el tema de financiamiento, ya que los lineamientos de los productos financieros existentes actualmente para el sector agrícola están muy estructurados en pagos anuales, los que a su juicio muchas veces no es la mejor alternativa para los agricultores, quienes requieren de un financiamiento diferenciado por proyecto a ejecutarse.
En esta línea es en la que se desarrolla Emprende Microfinanza. Esta institución está orientado a los pequeños microempresarios, a los más vulnerables, los más pequeños.
“Entregamos financiamientos para fortalecer y potenciar estos negocios a través de créditos productivos. Dentro de esta gama de clientes se encuentra el pequeño agricultor, para el cual contamos con un crédito flexible, un plan de pago adecuado a los flujos de su negocio y en plazos determinados por la finalidad del crédito,( ello es primordial, ya que establece el costo final del producto) los cuales pueden ser diversos, por mencionar los más comunes, compra de insumos para las siembras, compra de animales, cercado de predios, mejoramiento de las instalaciones productivas y tecnologías de los cultivos, entre muchas más”, sostiene Riquelme.
ALTERNATIVAS
Las alternativas existentes en el mercado nacional y analizadas en detalle por Odepa, algunas son de carácter universal; es decir, no hacen distinción de rubros; otras son propias del sector agropecuario, como el Instituto de Desarrollo Agropecuario (Indap), el cual, por ley, tiene la misión de financiar a la pequeña agricultura.
Si bien el sistema financiero, la banca, es el principal mecanismo de financiamiento, existen otras herramientas. Está el Programa de garantías Corfo, el que no se restringe sólo a créditos nuevos para inversión o capital de trabajo, sino también se orientó a la reprogramación de deudas que mantenían las empresas, tanto con el sistema financiero como tributarias y previsionales, extendiéndose además a operaciones de comercio exterior (Cobex), sean de exportación o importación.
Otra fuente de financiamiento son las empresas distribuidoras de insumos. Estas empresas financian la producción a través de la entrega de insumos, que generalmente se pagan a la cosecha. La ventaja que representan estas empresas es la cercanía con el cliente y el conocimiento de los distintos rubros, atributos que son valorados más allá de la tasa de interés que cobren. La mayoría de estas empresas cuentan con filiales que prestan servicios financieros. Algunas ya han creado un banco, como es el caso de Coagra y su banco Banagro.
Existen otras empresas que trabajan bajo el esquema de agricultura de contrato, que, dentro de su modelo de negocio, consideran el financiamiento de sus proveedores mediante la entrega de insumos y equipos, como anticipos sobre la producción. Este sistema es bastante difundido para productos industriales como tabaco y remolacha, raps entre otros.
La Bolsa de Productos es otra alternativa. Esta institución opera como fuente de financiamiento diferente, y constituye una alternativa interesante para créditos poscosecha, si se tienen expectativas de alza de precios. Además, permite descontar facturas hasta su valor total y sin responsabilidad en el pago para el emisor de la factura.
La Inversión Extranjera Directa, es otra posibilidad de financiamiento, aunque más limitada para el sector, por las normas que la rigen en términos de los volúmenes mínimos a invertir, también constituye una fuente de financiamiento para proyectos de mayor envergadura.
Finalmente aparece el Instituto de Desarrollo Agropecuario (Indap). Esta institución por ley debe apoyar técnica y financieramente a la pequeña agricultura familiar campesina. En el año 2011 esta institución colocó $47.399 millones. De éstos, $33.427 millones fueron de corto plazo (70,5%) y $13.972 millones de largo plazo (29,5%). En el año 2012 las colocaciones de Indap se incrementaron en 20,8%, alcanzando $57.247 millones, que se distribuyeron en $ 40.260 millones en corto plazo (70,3%) y $16.987 millones a largo plazo (29,7%).
Fuente: Revista del Campo Sureño