Aún se debate respecto a la norma sobre el etiquetado COOL (Country of origin Labeling) de las carnes, la cual exige que éstas indiquen el país de origen, de engorda y de faena de los animales.
La industria del rubro de carnes afirma que esta normativa de etiquetado los golpearía negativamente ya que los costos aumentarían en forma significativa. Se estima que los procesadores de carne pasarían de gastar USD 53 millones a USD 192 millones, solo por concepto de etiquetado.
Productores de Canadá y México argumentan ante la Organización Mundial del Comercio que la norma COOL sería una barrera comercial de EE.UU. Junto con esto, recalcan que han visto disminuidas sus exportaciones en un 50%, al considerar los últimos 4 años. A su vez, el secretario de agricultura, Tom Vilsack, indicó que velarán por el cumplimiento de la regla a partir de 2015, fecha en que se deberían resolver las trabas existentes.
El Congreso aprobó en 2002 la norma COOL pero no llegó a ser obligatoria sino hasta marzo de 2009. Con esto, los consumidores elogiaron las especificaciones de las etiquetas como parte de su derecho a conocer el origen de sus alimentos, mientras que los fabricantes indicaron que COOL podría alterar los patrones de comercialización.
Fuente: Agrimundo