Es el mayor consumidor de carne en Latinoamérica (98 kilogramos per cápita), por eso no debe extrañar que Argentina sea también el país donde se hacen grandes esfuerzos para proteger el medio ambiente de los impactos de la industria de la carne.
Tal vez el más importante de estos esfuerzos ha sido el debut de la llamada “carne ecológica”, proveniente de ganado criado en pastizales naturales, en contraste con la cría tradicional de engorde de corral.
Además de conservar el medio ambiente, esta carne contiene menos colesterol, mayor valor nutricional y menor contenido de bacterias. Y pese a que el sabor es ligeramente distinto, tiene una gran aceptación del público, según los expertos.
“Es una carne sin culpas”, dice Gustavo Marino, coordinador del Programa de pastizalesy miembro de Aves Argentinas.
La llegada al público de la también conocida como “carne de pastizal” ha sido un importante hito en la ganadería sustentable, que entró en escena para preservar a los pastizales pampeanos –que albergan 500 especies de aves y 100 especies de animales silvestres- actualmente amenazados por el sobrepastoreo.
La ganadería sustentable –en la que el ganado se alimenta libremente de pasto natural, conservando así el hábitat- se implementa en cuatro sitios pilotos en las provincias de Buenos Aires, Entre Ríos, Santa Fe y Corrientes. Es una técnica desarrollada por el Programa de Pastizales, de Aves Argentinas y la Fundación Vida Silvestre, a través de una donación del Fondo para el Medio Ambiente Mundial.
“La ganadería sustentable de pastizal es muy compatible con la preservación de la vida silvestre. Muchos sitios de conservación de aves están en lugares donde la ganadería es la actividad económica dominante”, explica Marino.
De acuerdo a los expertos, la ganadería era tradicionalmente una de las actividades más compatibles con la conservación del planeta. Pero en los últimos diez años, el avance de la actividad agrícola, especialmente para cultivos más rentables, como la soja, y la necesidad de incrementar la producción de carne, dieron lugar a técnicas intensivas como el engorde de corral donde los animales se alimentan a base de granos en espacios reducidos.
Así, una cantidad excesiva de animales por área -muchos más de los que soporta el ecosistema – y una tecnología tóxica y cara, convirtieron a los pastizales en uno de los ecosistemas más alterados y amenazados del mundo. En la actualidad, el 90% de estos territorios a nivel mundial sufre el sobrepastoreo.
A un costo de 10% -15% más que un corte tradicional, la “carne ecológica” se comercializa principalmente en el mercado local argentino, pero se espera que otros países que albergan parte de los pastizales pampeanos -Uruguay, Brasil y Paraguay– repliquen la experiencia.
El primer embarque de carne ecológica argentina está muy cerca de llegar a las puertas de Europa. Tendrá el distintivo de cuota Hilton, el cupo de exportación de carne vacuna de alta calidad que la Unión Europea otorga al resto de los países para introducir esos productos en su mercado.
Fuente: http://internacional.elpais.com