Tras recomendaciones de las autoridades sanitarias de la UE, Chile cerró las exportaciones a ese conglomerado. Si bien la UE autorizó reanudar las certificaciones para estos envíos, El menor número de planteles autorizados -bajó desde cerca de 2 mil a 63- limita el volumen de la oferta y pone en duda la recuperación rápida de esta industria..
El frigorífico Osorno es uno de los actores importantes en el mercado de la carne en Chile. Pero este año, por primera vez, no ha exportado ni un solo kilo de vacuno. Y eso que anualmente representaba más de un tercio de la cuota de la Unión Europea que ya está sobre las 2.000 toneladas anuales, y se abre en julio de cada año.
Un negativo informe de la Oficina Alimentaria y Veterinaria de la Unión Europea, de febrero pasado, obligó a Chile a cerrar sus envíos al Viejo Continente, al detectar fallas en la capacidad de gestión, especialmente en el campo de la trazabilidad de bovinos vivos elegibles para la UE. Si no, el mismo conglomerado hubiera sido el que prohibiera la entrada.
Fue un golpe al Sistema de Información Pecuaria, Sipecweb, que lleva el Servicio Agrícola y Ganadero, y que en cinco años no ha sido posible implementar apropiadamente. Pero gracias a gestiones recientes de septiembre del ministro Luis Mayol, se logró revertir la decisión europea.
“En su visita a la Unión Europea, el ministro de Agricultura, Luis Mayol, informó sobre el avance en la implementación de acciones correctivas frente a las observaciones levantadas en la auditoria de la FVO, indicando que ya se estaba en condiciones de recibir la visita de seguimiento. Ante eso, las autoridades de la UE indicaron que, de acuerdo con lo informado, Chile ya podía reanudar las certificaciones de exportación de carne bovina a Europa desde esa fecha, sin esperar la visita de seguimiento”, señala Víctor Ramírez, jefe de la División de Protección Pecuaria del SAG.
Hoy el mercado está abierto, pero prácticamente no se está exportando.
Según informó el gerente de Faenacar, Jorge Muñoz, se han hecho pequeños embarques, pero principalmente de operadores que usan los servicios de los frigoríficos, pero que no son actores tradicionales ni grandes. En suma, no se ve solución, mientras se espera la visita de los inspectores de la UE que deben verificar las correcciones hechas por Chile frente a los cuestionamientos. Esto va a ocurrir a principios de diciembre.
La estrategia para lograr la reapertura del mercado, por parte de las autoridades chilenas, fue reducir la cantidad de planteles autorizados, lo que limita dramáticamente el volumen de oferta, y pone en duda una recuperación rápida de esta industria exportadora.
“Se trabajó en conjunto con el sector ganadero y las plantas exportadoras, revisando las garantías de cada establecimiento y dejando en el listado oficial solo los predios que han cumplido con su ordenamiento documental y verificación física de su ganado. A comienzos de septiembre de este año se informó que el listado vigente UE estaba actualizado con 63 predios ubicados desde la Región del Biobío hasta Los Lagos. Queda pendiente, por razones climáticas, el trabajo de terreno en los predios interesados en exportar de las regiones australes (Aysén y Magallanes)”, agrega Ramírez.
Oferta en cero
Así las cosas, de los más de dos mil planteles habilitados para exportar carne bovina a Europa -Pabco A, bajo control oficial-, se dejó esa reducida cifra. Por eso los ejecutivos de la industria consultados señalan que la oferta exportadora chilena de carne de vacuno es cercana a cero. Estos no dejan de poner de manifiesto que esa gran cantidad de planteles habilitados surgieron de grandes inversiones público-privadas que se hicieron, incluso para subir al carro exportador a pequeños productores atendidos por Indap, y así tener una buena oferta exportadora.
La medida de comienzos de año hizo que el volumen de carne producido se destinara al mercado interno y con eso no existe posibilidad de exportación.
Esto último es por dos claras razones: el cierre de Chile hacia Europa afectó de tal manera que el país consumió internamente la oferta exportadora, que ahora está reducida al mínimo, con 63 productores aprobados, de los cuales la mitad son demasiado pequeños.
A eso se agrega que la actividad exportadora ya venía cayendo en los últimos años, fruto de variadas razones, entre otras el bajo valor del dólar que desincentivaba los embarques al exterior. De hecho, de 4.921 toneladas exportadas en 2010 se llegó a 1.900 en 2012, que equivalen a US$ 34,5 millones y US$ 16,8 millones, respectivamente. Eso implica que incluso se han abandonado algunos mercados abiertos por TLC, como el de Estados Unidos, según un informe de Odepa.
“Siempre hemos sostenido que el mercado de Europa calza como anillo al dedo para la carne chilena. Todas las exportaciones que hemos hecho a Europa han sido sin ningún tipo de reclamo, ni inconveniente. Entonces, es una carne precisa para el mercado europeo, especialmente para Alemania e Inglaterra”, señala Harry Jürgensen, presidente del holding Feria de Osorno.
Y pensar que el sector no hace mucho tiempo venía pidiendo renegociar con la UE la cuota libre de aranceles y subirla a 5.000 u 8.000 toneladas para que tuviera un impacto más fuerte en la actividad ganadera chilena.
Pero llegó la auditoría europea y pilló en falta al sistema chileno, porque la realidad era distinta a lo que mostraban los registros Sipec.
La impasse obligará a comenzar todo de nuevo cuando la situación se normalice. Mientras, el mercado europeo presenta todavía signos de crisis. Muestra precios inferiores a los que se conseguían antes de la crisis, lo que demuestra que el apriete de cinturón ha sido de verdad. Incluso la baja de precios hizo que no fuera atractivo exportar tampoco.
“Pero Europa no está siempre en crisis… Va a ir recuperándose y ese mercado tenemos necesariamente que recuperarlo”, señala Jürgensen.
Plantea que, por ejemplo, en el Frigorífico Osorno están partiendo de nuevo en cero, tratando de desarrollar un nuevo programa que incentive a los productores a reiniciarse en estas exigencias de trazabilidad y ver si hay algún interés o un atractivo comercial.
Solución del Mercosur
La solución al problema con la UE pasa obviamente por tener registros públicos confiables, especialmente los referidos a la exportación a Europa.
Esto porque la carne que va al Viejo Continente proviene de animales a los que no se les han aplicado anabólicos ni promotores de crecimiento. Con el resto del mundo, incluido Estados Unidos, no hay ningún problema, porque se acepta el uso de estas tecnologías.
Los países del Mercosur -Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay- solucionaron el problema al prohibir la importación y uso de anabólicos y promotores de crecimiento para el ganado bovino local. Por eso no necesitan llevar registros tan individuales como en Chile, claro que las proporciones de la masa ganadera son totalmente inversas.
La chilena está compuesta en 80% por razas lecheras y en 20% por carniceras. Por eso en la masa lechera que se engorda se aplican anabólicos y promotores de crecimiento, mientras que en la masa carnicera no es necesario.
“Si hiciéramos lo mismo que los países del Mercosur y se prohibiera el uso de anabólicos, se acaba el problema, pero las condiciones de nuestra ganadería son distintas a la de esos países. Ellos tienen mucha más ganadería carnicera, con una relación de 80% a 90% de razas especializadas en producción de carne. En cambio, en Chile tenemos una ganadería fundamentalmente lechera. O sea, el negocio lechero sostiene a la ganadería, y el negocio carnicero se ha ido para atrás”, comenta Jürgensen.
Y, al estar autorizado en Chile el uso de estas tecnologías, se vuelve necesario llevar los registros que den la seguridad a los europeos de que lo que se les manda está libre de anabólicos. Es decir, se requiere contar con un registro de trazabilidad individual que va desde el nacimiento, con todos los eventos sanitarios que tiene el animal hasta su faena, lo cual tiene que estar probado.
A ello, o por causa de ello, la rentabilidad del negocio es menor a la de otras alternativas como cultivos, la lechería y hasta en cierta época los negocios forestales.
Llevado a términos futboleros, Chile necesita recuperar el mercado europeo y dejar de meter autogoles.
“En carne hemos estado absolutamente parados durante todo este ejercicio. Estamos exportando solamente subproductos comestibles al Oriente, especialmente a Japón, y también subproductos industriales, principalmente relacionados con el cuero”.
Harry Jürgensen, presidente del holding Feria de Osorno. Los compromisos del país ”Chile se comprometió a mejorar los respaldos documentales e informáticos que sustentan el cumplimiento de los predios que están en el listado de elegible para el mercado de carne bovina a la UE y también la verificación efectiva de la identificación animal de los predios con estado vigente UE, asegurando la trazabilidad desde el nacimiento de todos los bovinos en existencia en esos predios”, agrega Víctor Ramírez del SAG.
Al ser un sistema voluntario, con una revisión mensual de los predios aptos para el mercado europeo, “es destacable el esfuerzo de estar incorporados como Pabco A vigente UE, lo que se ha visto en el incremento desde un total de 12 a un actual de 63″, agrega Ramírez.
Fuente: Revista de Campo