La importación de cortes vacunos desde Brasil, envasados al vacío, madurados y enfriados, continúa fluida hasta el momento, según confirmaron a El País fuentes vinculadas con la operativa comercial.
Si bien los precios de la carne brasileña son atractivos y justifican los negocios, por lo que el producto continúa ingresando cada semana, la principal limitante es la oferta de ganado en Rio Grande do Sul, lo que implica —entre otras cosas—, que no se estén importando cortes del trasero y sí del delantero.
Previendo una postzafra más acentuada que la del año pasado, los carniceros agrupados en la Unión de Vendedores de Carne (UVC) continúan sondeando precios en varios frigoríficos brasileños, buscando prever una suba de valores que afecte el bolsillo de los consumidores y en sus mostradores.
Será un año complicado porque hasta ahora (al menos hasta el pasado viernes 12 y según datos del INAC) la faena de bovinos en Uruguay creció 4% respecto a igual fecha del año anterior y en el mercado ganadero los frigoríficos dedicados al mercado interno son los que están manteniendo los precios del ganado, con una firme demanda por vaquillonas y novillos livianos.
Todo este ganado liviano que hoy el productor tiene necesidades de sacar de los campos antes de que llegue el invierno y pierda más kilos, serán animales que faltarán en los meses venideros.
La Unión de Vendedores de Carne ya importó cortes vacunos desosados y madurados desde Brasil hace varios años, cuando los precios de la carne se dispararon. Hoy, esa operativa, está mucho más aceitada porque algunos frigoríficos y abastos están importando asiduamente desde Rio Grande do Sul. “La postzafra puede ser muy dura y el precio del ganado puede subir más. No sé hasta cuanto aguantará el mercado”, dijo a El País el presidente de la UVC, Hebert Falero.
Firmeza.
“Desde las plantas de abasto hay muchos pedidos de vaquillonas y novillos gordos. Ese sector sigue empujando firme los precios”, aseguró a El País el presidente de la Asociación de Consignatarios de Ganado, Sebastián Blanco.
Según su visión la faena “irá cayendo —principalmente en julio y agosto— por falta de oferta. Los ganados están sintiendo el rigor del clima y se sigue achicando la oferta. No empezaron a volcarse al mercado los ganados de verdeo”.
Algunos productores, como es el caso del presidente del grupo Vaquería del Este, Aníbal García, prevén que los precios del ganado en la postzafra superen los US$ 3,50 y más por kilo de carne para el novillo, según señaló a Radio Carve. El grupo remite a la industria 21.000 vacunos al año.
García dijo que “se está suplementando mucho en la zona y algunos productores están enviando ganados a los corrales para completar los kilos que faltan. Esos ganados que andan en 380 o 400 kilos se vendieron o mandaron a los corrales de engorde porque no había condiciones para mantenerlos en los campos”.
La misma visión de precios al alza por la hacienda durante la postzafra mostró el presidente de la Asociación de Consignatarios de Ganado, pero en este caso Blanco sostiene que “habrá suba de precios para el novillo gordo pero no creo que sean una locura. Se podría llegar a US$ 3,60 por kilo de carne para el novillo gordo o incluso superar ese precio, pero será por un período corto y rápido”.
Sostenido.
A lo largo de los años, Uruguay mostró que su principal mercado para la carne bovina es el interno, aunque haya seguido el camino de la valorización en la exportación.
El director de Frigorífico Copayán, Fernando González, indicó que el consumo de carne vacuna se mantiene estable y muestra rasgos de firmeza. González reconoció que “es probable que se pueda reducir levemente en el invierno, como sucede todos los años, pero no se prevé una reducción significativa”.
Según los datos del Instituto Nacional de Carnes, el consumo de carne bovina cerró 2014 con un total de 58,6 kilos por habitante al año, pero sumando cerdo, pollo y ovinos se llega a un consumo per capita de 98,6 kilos anuales. En vacuna hubo una leve baja de 0,8% respecto a 2013.
“La caída puede deberse a una variable estadística y no a una variación del consumo”. Según su visión, “el consumo está firme y los consumidores están. Estamos en un nivel de faena muy por encima del registrado en años anteriores y la faena está muy proporcional a la oferta de carne”, destacó.
Frenan temporalmente importación de pollos congelados por precios.
Contrariamente a lo que sucede con la carne bovina, el ingreso de pollos congelados desde Brasil se cortó porque el precio del pollo uruguayo fresco se mantiene y se equilibró con el brasileño. Hasta ahora, la Unión de Vendedores de Carne (UVC), una de las dos gremiales de carniceros, ya importó cinco contenedores de 22.000 kilos cada uno.
“Todavía tenemos pollos brasileños congelados en cámara del último contenedor que ingresó desde Brasil. El precio está muy nivelado y la gente prefiere el pollo fresco por encima del congelado”, aseguró a El País el presidente de la UVC, Hebert Falero.
La importación de pollos congelados desde Brasil por parte de los carniceros buscó cubrir a los comerciantes de cualquier suba de la materia prima local, marcando un precio piso para las empresas uruguayas que abastecen los comercios. En Uruguay se faenan unos 600.000 pollos semanales y en todo el año pasado, según los datos estadísticos del INAC, cada habitante consumió 20,1 kilos. Hubo una baja de 0,6% respecto a 2013, pero esa leve caída no sólo afectó a la carne aviar, sino a todas las carnes. El consumo de carne aviar creció mucho, pues en 2005 se consumían 15,6 kilos anuales
Fuente: Agromeat