Aunque la potencia euroasiática enfrenta una contracción de su economía, sigue siendo un mercado interesante para Chile. Por eso, esta semana se firmará un Memorándum de Entendimiento, que la Direcon espera que sea el primer paso para un Acuerdo de Libre Comercio con ese país.
El año pasado, el gobierno ruso hizo noticia a nivel global con su bloqueo a las importaciones de alimentos de varios mercados, incluidos Estados Unidos y la Unión Europea.
Lo más llamativo por este lado del mundo fue el posterior llamado de las autoridades de la potencia euroasiática a que terceros países reemplazaran los envíos de los mercados vetados.
La invitación sonó muy atractiva para los productores chilenos de alimentos.
Rusia lidera la Unión Económica Euroasiática, UEE, que también incluye a Bielorrusia, Armenia y Kazajstán, un mercado de 173 millones de consumidores. De hecho, desde hace años los exportadores de frutas habían tratado de aumentar su cuota de mercado. Uno de los últimos logros había sido el aumento de las rutas navieras directas a Rusia.
Entre los principales beneficiados por el interés ruso han estado los salmones.
Noruega, el tradicional oferente en ese mercado, ya no puede ingresar. El otro oferente relevante a nivel mundial de ese producto es Chile. El resultado es que en 2014 la industria salmonera local representó el 92% de las importaciones de salmón congelado. La suma no es menor, pues significó ventas por US$ 251 millones.
En el caso de los vinos, Chile se transformó en el principal país proveedor del “Nuevo Mundo”, con importaciones por US$ 45 millones el año pasado.
Invierno económico ruso
Sin embargo, los exportadores de alimentos chilenos también han enfrentado importantes dificultades en ese mercado. La economía rusa está en medio de una contracción. El FMI estima que este año el PIB de ese país descenderá -3,8%, mientras que para 2016 proyecta una caída de -1,1%.
Aun más importante que el efecto del conflicto comercial con Occidente es la caída del petróleo, que ha golpeado la economía rusa. Como respuesta no solo se ha contraído la actividad, sino que el rublo cayó frente al resto de las divisas.
Ese último punto es muy relevante para Chile, pues su oferta alimentaria es relativamente cara, por tratarse de productos de calidad y condición superior. Por eso el espacio en las góndolas de los supermercados se redujo en los últimos meses.
“La mejor estrategia es enviar lo que realmente demandan los importadores, y no tener una posición muy agresiva para entrar, por lo menos por este momento”, afirma Diego Vicente, gerente de la PDB, plataforma de negocios alimentaria en Rusia.
Trabajo por hacer
A pesar de las precauciones que hay que tomar en ese mercado, también hay mucho trabajo por hacer. Este viernes y sábado una delegación público-privada chilena, encabezada por Andrés Rebolledo, director general de la Direcon, asistirá al Foro Económico Internacional de San Petersburgo. Junto con participar en el encuentro habrá reuniones con gremios empresariales rusos y firma de acuerdos para estrechar la relación.
El Gobierno chileno tiene como objetivo una mayor apertura del mercado ruso. Hasta ahora ese país es uno de los pocos mercados relevantes con los que Chile no cuenta con un acuerdo de libre comercio. Lograrlo posicionaría muy bien a nuestro país en el largo plazo.
“Rusia y los países de UEE tienen un gran potencial para las exportaciones nacionales, principalmente en el área de los alimentos, tales como la fruta fresca, el salmón y el vino, entre otros (…). Firmaremos un Memorándum de Entendimiento con la UEE, que es el primer paso para abrir un diálogo sobre comercio e inversiones, con vistas a un eventual Acuerdo de Libre Comercio entre nuestro país y dicho bloque”, dijo Andrés Rebolledo, director general de la Direcon.
Fuente: Revista de campo