Exportaciones de carne a China prometen revivir la ganadería chilena
2 noviembre 2015

 Este mercado está abierto a todo tipo de animales, sin distinciones de alimentación ni edad. Incluso reciben los toretes de lechería. Además, el producto se expende congelado, lo cual es otra ventaja para Chile, que tiene arancel cero de entrada. Eso sí, se exige que los animales no hayan sido tratados con hormonas. Aprovechar la oportunidad puede marcar para siempre a la industria nacional.

 
 
 
"Si nosotros somos capaces de abrir el mercado chino en forma estable y permanente en volumen, el precio aquí sube 20%". Así de tajante fue Harry Jürgensen, presidente de la Corporación de la Carne, frente a las perspectivas que ofrece el mercado de China -abierto a partir de este año- para los productos de la ganadería bovina chilena.
 
Junto a representantes de las plantas faenadoras, estuvo recientemente en la ciudad de Guangzhou, en el país asiático, haciendo una gira prospectiva. Volvió realmente impresionado, no solo de los avances en infraestructura, crecimiento de la ciudad y a nivel social, y en general en todos los aspectos, sino del nivel de demanda que existe por carne. Lo que más le llamó la atención es que el potencial de demanda lo vio no solo en las reuniones de negocios, sino en que al enterarse que eran productores de carne, los comerciantes los seguían por las calles y hasta el hotel, con tal de hacer negocios o captarlos como un abastecedor exclusivo.
 
Lo que lo dejó aún más contento es que, de acuerdo a lo que pudieron conversar y evaluar, Chile cuenta con todo para responder a esa demanda, sin necesidad de realizar nuevas inversiones.
 
"Tenemos la industria adecuada y la materia prima adecuada. Todo lo que tenemos sirve para China, por tanto no necesitamos desarrollar ninguna estrategia productiva", destaca.
 
De ahí que la conclusión de algunos de los integrantes de la misión es que las oportunidades para la carne de vacuno chilena en China son tan buenas que, si se aprovechan, puede significar un antes y un después en esta industria.
 
"Nos dimos cuenta de que realmente la ganadería chilena tiene posibilidades de un desarrollo espectacular, que terminaría con estos 20 o 30 años en que solo estamos caminando hacia atrás", agrega Jürgensen, presidente de la Feria de Osorno.

 
Recibe de todo
 
Tras una tibia partida recién en 2008, las importaciones chinas de carne actualmente alcanzan a 350 mil toneladas. La buena noticia es que según las proyecciones podría llegar a las 750 mil toneladas al 2024.
 
Pero no es solo este crecimiento el que abrió los ojos de los exportadores chilenos. Entre las varias oportunidades que los integrantes de la misión vieron en el mercado chino, destaca el que puede recibir todo lo que se produce en Chile. Y cuando se dice todo, significa exactamente eso.
 
"Dependerá de la estrategia de cada empresa, del nicho al que quiera llegar, pero va desde el cuarto de carcaza hasta cortes especiales y de todo tipo de animales: novillo premium de genotipos carniceros muy bien terminados, vaca de segunda, vaca gorda, vaca industrial, de pasto, de grano, o sin diferenciación, e incluso hay opción para los machos lecheros enteros o castrados con escaso nivel de terminación. También son grandes compradores de menudencias y cueros salados", señala Jorge Yasic, gerente de Frival, uno de los participantes de la misión.
 
Por ello, cada empresa tomará la decisión de acuerdo con los proveedores que tenga y al segmento que decida enviar el frigorífico.
 
"Es una tremenda oportunidad, porque el tipo de consumo que tienen permite esa posibilidad. Estamos con el cliente adecuado", agrega Yasic.
 
Otro punto atractivo es que en ese país en general se usa el producto congelado. Por lo que pudieron apreciar, en el gigante asiático cerca del 90% de los productos, tanto porcionados como enteros, se comercializan congelados. Y según el ejecutivo de Frival, que el consumidor y los distribuidores estén acostumbrados al producto congelado favorece a Chile por la distancia que debe recorrer el producto. Además, los supermercados en el mercado nacional piden todo el producto fresco al vacío, y eso complica la logística, los stocks y la vida útil del producto.
 
También vieron productos enfriados al vacío y, en menor medida carne fresca, y productos elaborados, marinados, inyectados, sobre todo en el retail. Otra característica del mercado es que cuando se trata de las carnes de calidad, en general se importaban cortes de grandes calibres; por ejemplo, lomo vetado de 7,7 kilos.
 
Y si bien los compradores potenciales preguntaban si la carne era de animales alimentados con grano, porque tienden a preferirla, quedó claro al final que no le asignan mayor importancia a si es de un animal alimentado a pasto. "Lo que quieren es carne", comenta Yasic.
 
Por ello, el tema de lo saludable que es la carne producida a pradera, respecto de otra a grano, que es el relato que la industria quiere destacar para vender el producto, debería quedar en carpeta por ahora. Al menos en China no interesa, están más preocupados de los temas de inocuidad y trazabilidad.
 
Pese a eso, Yasic cuenta que en el segmento premium hay buenas opciones para carne producida a pasto, un nicho interesante que por ahora aprovecha Nueva Zelandia.
 
Otra ventaja tiene que ver con mayores posibilidades comerciales para animales que por el Reglamento de Clasificación y Tipificación hoy en Chile están restringidos. En China, dice Yasic, si el producto es bueno se puede conseguir un buen precio aunque no sea tipo V... Si uno tiene una vaca de buena calidad la puede vender en China a un precio mejor que en Chile.
 
 
El impulso del momento
 
"Primera vez que veo oportunidades que son concretas, que no son ilusiones, sino realidades. Ahora, las cosas cambian en el tiempo, nadie tiene el futuro asegurado, pero yo creo que aquí hay una tendencia que es bastante fuerte y que, aparentemente, se va a quedar por un largo tiempo en el mercado y es una tremenda oportunidad para que tengamos un desarrollo sustentable de la ganadería y una expectativa absolutamente distinta", plantea Alejandro Anwandter, gerente de Frigosorno.
 
A su juicio, las posibilidades que abre China significan que el comercio de la carne cambió, que se puso entretenido tras un largo bostezo y un período de decadencia en Chile. Y lo anterior se suma a la sorpresa que han significado las exportaciones de animales vivos, también a China y a otros países como Paraguay, que ya había comenzado a darle dinámica al sector pecuario.
 
Para Anwandter, son varios los factores favorables que se han juntado para esta nueva realidad en la que puede participar ahora Chile, un país pequeño, dice, pero con un reconocido prestigio de seriedad y de cumplimiento.
 
Entre otros aspectos comerciales y políticos, Anwandter nombra el desarrollo económico de China en los últimos años -"que ahora que se resfrió nos tiene a todos con pulmonía"-, con la paradoja de que cuando le va mal le compra menos cobre a Chile y eso hace subir el dólar, lo que finalmente resulta ser positivo para los exportadores agropecuarios chilenos. Junto a eso tiene una masa de clase media que ha mejorado sus ingresos, con una gran migración campo-ciudad, que es gente que ha aprendido a consumir carne.
 
Por otro lado, Chile tiene un tratado de libre comercio y arancel cero para la carne, lo que es muy favorable, porque como país están empeñados en tener productos ingresados legalmente, y disminuir así la importancia de los canales de comercio gris y negro.
 
Respecto de la paridad cambiaria, el gerente de Frigosorno ve un ciclo positivo desde el punto de vista de la competitividad, por un alto tipo de cambio que debiera durar unos cuatro años.
 
También Anwandter dejó en claro en su participación que hay que estar atentos a las relaciones políticas, que también influyen en los flujos de comercio, como lo que ocurrió últimamente con Rusia y la Unión Europea que repercutió en el mercado del pollo y del cerdo.
 
 
Trazabilidad y hormonas, los peros
 
Eso sí hay temas que falta poner en regla para aprovechar las oportunidades que se ven en el mercado chino. Algunos nacen por exigencias hechas por los mercados de destino y otras por algunas normas que el país se autoimpuso y que ahora traban las exportaciones, a juicio de la industria de la carne.
 
Por ejemplo, el uso de anabólicos en la engorda del ganado. En Chile, Estados Unidos, Canadá y Australia, está autorizado, pero China quiere carne sin hormonas.
 
"Hoy hay una gran discusión en Chile, pero nos guste o no es una tendencia a nivel mundial. Más allá de que científicamente se pueda demostrar el impacto de la hormona o no, o la inocuidad de ella, lo concreto es que hay tendencias en el mundo respecto de las hormonas", comenta Anwandter.
 
Hay un gran sector a nivel mundial que no quiere su uso. "En este tema, toda la cadena debiera tomar una posición. No sé si eliminarlas o no, pero definitivamente el uso de las hormonas hay que tenerlo identificado. Es decir, por ejemplo, llegar a que todos los animales que nacen en Chile deben ser libres de hormonas y anabólicos, y exportables, salvo aquellos que sean implantados. Creo que hay que dar vuelta el tema, y hacerlo rápido y pasar a algo práctico. Entonces, el que quiera producir con hormonas, y vea que el mercado interno o los mercados con hormonas le van a pagar más a futuro, que tenga la opción", recalca el especialista de Frigosorno.
 
"Hoy se controla exhaustivamente a quien no usa hormonas. Mi propuesta es que se controle a quién las usa. Para ello, el que desee implantar hormonas debería registrarse en el SAG, dar los partes de los animales a implantar y llevar un registro predial exacto con el movimiento de esos animales. Eso es mucho más fácil de controlar que lo actual, que es al revés, ya que son menos predios los que usan hormonas y, generalmente, tienen mucho ganado", destaca.
 
Para eso, han sugerido al SAG y otras autoridades copiar el modelo usado en Australia, que tiene ganado que usa hormona y ganado que no usa, y es un gran exportador a China. Ellos desarrollaron un sistema muy simple, que controla exhaustivamente al usuario de hormonas, y el que no usa debe llevar registros y declarar bajo juramento el no uso de estas, bajo riesgo de cárcel y altas multas si mintiese", añade el gerente de Frigosorno.
 
Un llamado a todos los sectores, públicos y privados, hace Gonzalo Arias, vicepresidente ejecutivo de Frima-Procarne-Mafrisur. Pone el ejemplo de Uruguay y Australia, actores ya en la exportación de carne a China, que desarrollaron una política país para lograrlo.
 
"Hoy los negocios son mucho más que simples transacciones. Tenemos que ser capaces, como Estado, como organizaciones del Estado, como sector privado de mirar esto como algo mucho más amplio, con una integración en todo el sentido de la palabra", señala.
 
Y entre todos los temas a discutir, propone también analizar los contenidos de los protocolos sanitarios suscritos con China, en los que Chile se autoimpuso limitaciones, que reducen la elegibilidad del ganado. "Con eso la posibilidad de completar un contenedor y hacer un negocio continuo es bastante crítico", señala.
 
Anwandter, en tanto, es enfático respecto de las oportunidades que existen en China y sobre la necesidad de actuar con urgencia para aprovecharlas. Considera que es el momento de actuar rápido para tomar posiciones como cadena, y buscar soluciones a los desafíos.
 
De hecho, Frigosorno, posterior a la misión de prospección que realizaron, ya está enviando seis contenedores al mes a China. Una punta de lanza para un mercado que podría superar cualquier expectativa.
 
China como mercado solicita ausencia total de anabólicos. Por tanto, en la práctica los animales faenados para este mercado son Pabco A
 
4366 toneladas exportadas de carne bovina chilena se contabilizaban hasta la tercera semana de octubre de 2015, frente a 974 ton de todo el año pasado.
 
 
CONSUMO EN AUMENTO 
 
Pese a que, como ya es sabido, las estadísticas en China no son muy exactas, Jorge Yasic, gerente de Frival, destaca que el consumo de carne de vacuno se estima entre 4 a 5 kilos por habitante, lo que corresponde a aproximadamente al 8% del total de intenta que tienen los chinos. 
 
El resto es cerdos y aves. "Ellos son los principales productores mundiales de cerdo; por lo tanto, el 65% de su dieta es cerdo y el 25%% es ave. La carne se consume mayoritariamente "hot por, carnes cocidas a la olla, y los bifes y asados están en pocos restaurantes especializados", señala.
 
Fuente: Revista del Campo-El Mercurio
Más Noticias