Para ello desarrollan un agenda donde se une la cadena privada y pública con medidas para aumentar la masa ganadera, que hoy está al nivel de mediados de los ’60. Envíos a septiembre llegan a US$ 30,3 millones.
Si en 2017 exportamos el 8% de la carne bovina que se produjo en Chile, con un esfuerzo por parte del sector industrial y del sector primario de agregarle valor al producto, creemos que fácilmente en 2019 podríamos llegar a embarcar el 25% o el 30%', subraya Sergio Willer, presidente de la Corporación de la Carne, Corpcarne. La meta parece difícil de lograr, sobre todo pensando que el ganadero es uno de los sectores que más problemas han tenido en los últimos años, especialmente de rentabilidad, porque, a pesar de su calidad, compite en el mercado interno con los precios commodity de los países del Mercosur.
Esa debilitada situación ha hecho que la masa de ganado retroceda a tal punto que ya se acerca a las cifras de mediados de los años 60, con dos millones 890 mil cabezas. Pero el presidente de Corpcarne confía en que con los cambios que están proponiendo a las autoridades respecto de la normativa existente y si se aúnan los esfuerzos de toda la cadena y del Estado, se podría lograr.
'La carne es uno de los pocos sectores que no tienen problemas de demanda, lo que falta es oferta', plantea, al tiempo que asegura que su sector cree en el modelo exportador y en que es la solución para cambiar el panorama de esta actividad. En la corporación señalan que el impulso que se le ha dado a la exportación de las categorías novillos y vacas ha subido su precio en alrededor de 25%, lo que ha repercutido en el valor del animal en Chile, que se había mantenido muy bajo por más de 10 años. De hecho, los embarques de carne bovina a septiembre muestran una recuperación de 25,4% en volumen y de 30,3% en valor, con 7 mil toneladas embarcadas por 30,3 millones de dólares.
Cabe señalar que el año pasado finalizó con US$ 31,8 millones, con China como el mejor cliente, con US$ 15,8 millones, y un aumento al noveno mes de 42%. Además, las últimas cifras de producción indican que el sector podría haber entrado en una tendencia a retener hembras, lo que orientaría al sector a un período de mayor dotación animal. Según Odepa, la producción acumulada a agosto fue de 135.825 toneladas, muy similar al mismo lapso de 2017, en un escenario de disminución leve de la faena y aumento ligero en el peso de las canales, en promedio 6 kilos más por animal.
CAMBIOS URGENTES El sector está decidido y avanzar en el tema y, por lo mismo, están ya tomando acciones al respecto. Así por ejemplo, elaboran una agenda para impulsar las exportaciones —a la que el ministro Antonio Walker le dio impulso, dice— en la que por primera vez en la historia toda la cadena se une para hacer una estrategia concreta de desarrollo en conjunto con el sector público, tal como lo planteó Sergio Willer en la presentación de 'Proyecciones 2019:
puntos virtuosos en desarrollo, para promover el avance de la ganadería chilena' durante el seminario 'Carne Bovina: calidad de exportación', en la última feria agrícola internacional SAGO-Fisur, en Osorno. En ese documento ponen de relieve líneas para lograr el aumento de la masa exportable y la exportación de carne bovina, y mejorar la productividad en el sector, y, por ende, la rentabilidad.
En el sector consideran que un elemento que frena los avances es la normativa de la tipificación de la carne. Esto porque, tal como se planteó en un taller que reunió al sector privado, realizado en agosto, se concluyó que continuar con la actual tipificación significa la pérdida gradual y progresiva de productividad y competitividad respecto del mercado interno, y producción de mercados internacionales. De ahí que consideren crucial hacer un cambio normativo en este sentido, lo que ha llevado a que la mayoría del sector haya acordado trabajar para su eliminación.
'Dentro de la cadena agradecemos al ministro que nos haya forzado a tomar este gran acuerdo nacional. Estamos conscientes de que hay sectores y asociaciones gremiales minoritarias que no están en total concordancia, pero la cosa va avanzando', señala Willer. La agenda estratégica privada promueve también un esfuerzo a nivel público-privado por mejorar el registro de nacimientos en la plataforma SAG.
Eso abriría la posibilidad de incrementar la oferta exportable. 'Hoy las perspectivas para el negocio exportador son las mejores. Tenemos todo para dar el gran salto cualitativo y cuantitativo que dio la fruta hace 40 años. Esa es la idea. Nosotros creemos que la producción va a ir al alza porque mucha gente está tratando de apuntar a este rubro, pero viéndolo hacia la exportación. Nadie quiere meterse a producir para Chile', dice Willer. Pero antes se requiere terminar con la normativa que complica al sector y simplificar las reglas en el aparato estatal, sostiene.
Fuente: Revista del Campo- El Mercurio