Las fórmulas del agro para asegurar el abastecimiento
6 abril 2020

 

Productores de frutas y vinos buscan adelantar al máximo las cosechas, para evitar un escenario con más restricciones de movimiento y eventual escasez de mano de obra. Ferias funcionan con menos público y plantas faenadoras de carne operan a un menor ritmo. Para prevenir contagios, en todos los rubros han aumentado las medidas de higiene en campos, packings y transporte.

El gerente de viticultura de la viña Santa Rita, Gerardo Leal, está apurado. Está en plena vendimia, con alrededor del 20% de la producción pendiente por cosechar, y dentro de media hora tiene la reunión de coordinación semanal con el resto de su equipo.

Desde hace dos semanas esa reunión, que normalmente se hacía los miércoles a las 09:30 horas en la bodega de Los Lirios, en la Región de O'Higgins, es a través de una videollamada, para evitar el riesgo de contagio de coronavirus entre las nueve personas que participan.

'Hoy prácticamente no hacemos reuniones presenciales. La gente que trabaja en las oficinas está haciendo teletrabajo y con las bodegas hacemos videoconferencia. Hace dos semanas mandamos a los mayores de 60 años para la casa, tanto a funcionarios de planta como a temporales, lo que debe ser entre el 15% y 20% del personal, unas 155 personas', afirma, y detalla que se les paga el día de trabajo o sueldo.

Pese a eso, Gerardo Leal comenta que a algunos colaboradores en los primeros días les parecieron exageradas las medidas de Santa Rita y, aun recibiendo el pago por cada día de trabajo, fueron a cosechar a otros campos en vez irse ala casa.

'Al principio fue muy complejo y no creían que fuera un tema importante, lo veían muy lejano, y tuvimos que hacer capacitaciones en todos los campos sobre las medidas de prevención, además de usar overoles y bajar la densidad en el uso de los buses de traslado. Todas estas medidas nos obligaron a restringir las labores y hoy estamos solo con la vendimia, fertilización y riegos de poscosecha, porque la idea es tratar de cerrar los campos', dice.

Sin embargo, concretar el cierre también será complejo, ya que durante el invierno deben continuar con las podas, con miras a la temporada 2020-2021, lo que esperan compensar con el apoyo de máquinas, porque creen que habrá menos gente disponible para trabajar.

'La principal preocupación que tenemos es que la agricultura tiene que seguir, no se puede detener como una fábrica, porque se si eso ocurre, vamos a tener problemas mayores', plantea Gerardo Leal.

Su temor se repite en distintos rubros que también están con el acelerador a fondo para finalizar las cosechas y mantener un ritmo eficiente en el procesamiento de distintos productos en plantas y packings, buscando un equilibrio entre el cuidado de la salud de los trabajadores y el abastecimiento de alimentos para el mercado nacional y externo.

Producción de carne más lenta

Desde el lunes pasado, Osorno es una de las comunas del país que está con cuarentena obligatoria y con un cordón sanitario, que busca evitar que los contagios se extiendan hasta otras zonas de la Región de Los Lagos. La planta faenadora de carne bovina Frigosorno está dentro del área reglamentada y, aun teniendo protocolos estrictos de sanidad e higiene en su interior, ya que exporta a distintos mercados, desde antes de la entrada en vigencia de estas medidas tomó resguardos adicionales.

Una de las primeras acciones, que también han tomado otras plantas faenadoras en diferentes regiones, fue dividir a los trabajadores en grupos pequeños, con 20 personas como máximo, para reducir las probabilidades de contagio. Además se están haciendo en forma más seguida desinfecciones en los camarines, comedores y oficinas, y se duplicaron los buses de transporte, para que viaje solo la mitad de los pasajeros.

'Se les dieron vacaciones por 15 días a las personas que ante un evento deberían seguir operando, para que estén como repuesto en la eventualidad de que todo un turno se caiga por un contagio, para mantener el control de la operación de frío de la planta', asegura el gerente general de Frigosorno, Alejandro Anwandter, quien también preside la Asociación Gremial de Plantas Faenadoras (Faenacar).

Debido a las altas exigencias de inocuidad que tienen, asegura que no fue difícil implementar nuevas medidas, ya que hay una cultura de autocuidado incorporada, y la empresa también los ha apoyado en términos financieros, postergando el pago de préstamos que tienen algunos funcionarios.

En el caso de Frigosorno, con las medidas ya implementadas, la planta está funcionando al 50% de su capacidad total, para evitar las aglomeraciones y no tener una presión tan alta de trabajo, pero aseguran que están cumpliendo todos los programas de entrega a nivel nacional e internacional, aun cuando están apareciendo dificultades para pagar en el mercado interno.

'En las exportaciones los pagos están normales, pero en el mercado interno se están presentando dos problemas: uno de contingencia real, estas últimas dos o tres semanas, y otro que es de deudores que pretenden subirse a la contingencia, pero que han tenido una operación regular, y en esos casos consideramos que es un aprovechamiento', resalta Alejandro Anwandter.

Ferias ganaderas con poco público

Una de las dificultades que ha enfrentado Frigosorno en la última semana es la mayor complejidad para la llegada del ganado hasta la planta, debido a los salvoconductos que se requieren para circular dentro de la ciudad y traspasar el cordón sanitario, lo que ha inhibido que algunos productores envíen sus animales.

En cuanto a las ferias, la mayoría sigue operando en distintas regiones, aunque en el caso puntual de Osorno, Tattersall decidió suspenderlas durante 15 días para apoyar las medidas sanitarias.

'En Osorno, decidimos suspenderla porque los compradores tienen como alternativas las ferias de Puerto Varas, Río Bueno, Puerto Montt y Paillaco para abastecerse, algo que es clave, ya que las ferias abastecemos principalmente a los carniceros medianos y chicos, y la carne es un alimento básico para las personas', dice el gerente de Tattersall Ganado, Alejandro Vial.

Por otro lado, el funcionamiento de las ferias es clave para los productores en esta época del año, ya que necesitan vender parte de su plantel antes de la entrada del invierno, y la mayoría de los ganaderos medianos y pequeños lo hace en los remates.

'Hemos tomado medidas para no permitir a más de 50 personas en la feria y les pedimos a los vendedores que no vayan, por lo que hoy están asistiendo solo los compradores. Dejamos un solo acceso a las tribunas, donde registramos a los asistentes, les tomamos la temperatura y les entregamos un par de guantes y mascarilla', detalla, en un proceso que también se hace con quienes lotean el ganado y los transportistas.

Con estas medidas, en Tattersall aseguran que sus ferias están operando al 80%, donde uno de los cambios que prevén para este mes es que aumentarán las transacciones en privado, donde actúan como corredores entre la industria y los proveedores, aunque es una solución para las empresas de mayor tamaño.

Fruteros en alerta

Varias cosechas frutícolas están en curso durante abril en la zona central, como algunas variedades tardías de manzanas, kiwis, nueces, avellanas y las últimas uvas, y en los próximos meses comenzarán los cítricos en el norte, por lo que los productores y exportadores están en alerta ante el avance del coronavirus, tomando resguardos.

En Curicó, en el caso de la Frutícola Dosal, que se dedica a la producción de manzanas, aún tienen pendiente el 20% de la cosecha para las próximas semanas, con las variedades Fuji y Pink Lady, por lo que han reforzado las medidas de higiene en las cosechas y sumaron buses para que se mantenga la distancia social durante los traslados, al igual que otras empresas.

Dentro del packing, donde normalmente trabajan alrededor de 700 personas en esta época, se redujo la dotación de personal en 15%, además de establecer separadores con mica entre los operarios, instalar más dispensadores de alcohol gel, establecer más turnos para almorzar y más separados.

'Con estas medidas, las velocidades de las líneas de producción han bajado en torno a 20%, pero vale la pena, porque hoy estamos anteponiendo la salud de los trabajadores y que la agricultura no se detenga… Como es una pandemia mundial, los mercados también están más lentos y cautelosos', asegura Carolina Dosal, gerente general de Frutícola Dosal y presidenta de Fruséptima.

Uno de los puntos que destaca es la unión de los productores y gremios regionales, que han compartido información y las medidas que han tomado a través de Whatsapp y otras plataformas.

'Desde octubre tenemos un chat donde están prácticamente todos los packings de Curicó, compartiendo sus recomendaciones y organizando ayuda, como ir a fumigar a distintas comunas y a colaborar con los hospitales a repartir remedios a las casas de enfermos crónicos', destaca Carolina Dosal.

Con una mirada de largo plazo, plantea que el coronavirus ha reflejado la precariedad en la que viven muchas zonas rurales agrícolas, donde los niños no tienen acceso a internet para avanzar en estos días con las clases online, y el acceso a la salud es muy precario.

'En la agricultura es clave no parar, porque después de las cosechas siguen las faenas que afectarán los resultados de la próxima temporada… Pero, mirando más a largo plazo, sería bueno que cuando pase esta crisis se pueda desarrollar al sector rural con más fuerza', propone.

Pisco a toda máquina

Pese a que hasta el cierre de esta edición no se habían presentado casos de contagio de coronavirus en la comuna de Vicuña, en el valle del Elqui, los productores de pisco están avanzando a toda velocidad para terminar las cosechas antes de que el virus pueda complicarlas.

El productor Pelayo Alonso, que entrega su producción de uva a la pisquera Río Elqui, comenta que aún tiene pendiente alrededor del 70% de la cosecha, y dice que no puede apurarla más porque depende de la capacidad de recepción que le asignan cada semana en la planta.

'La uva pisquera es bastante tardía, normalmente terminamos entre la primera y segunda semana de junio, por lo que estamos haciendo todos los esfuerzos para poder terminar a fines de mayo', explica.

Frente a los riesgos de contagio, comenta que han tomado medidas similares a otras empresas, como disminuir a la mitad la capacidad de los buses, usar mascarillas y tomar la temperatura todas las mañanas, junto con la desinfección permanente de las áreas comunes.

'En el campo la gente está a bastante más de dos metros de distancia, por lo que no usan mascarilla', afirma Pelayo Alonso, ya que toda la cosecha se hace a mano.

Uno de los puntos que ha jugado a favor de los productores que entregan a Río Elqui es que el 90% de la uva está contenida dentro del cordón sanitario que se ha establecido en la zona, por lo que el movimiento de camiones ha sido expedito para la mayor parte de los productores.

Vendimia acelerada

En distintas viñas coinciden en que la vendimia de este año ha sido la más temprana de la que se tenga registro. En el caso de Santa Carolina, su enólogo jefe, Andrés Caballero, comenta que adelantaron las vacaciones de verano para afinar los detalles en la segunda quincena de enero, y comenzaron a cosechar el 12 de febrero, una fecha inédita.

Sin embargo, aún les queda al menos esta semana para terminar la cosecha, igual que a otras viñas.

'Cuesta llenar los camiones, a la gente le cuesta más salir a cosechar porque tiene miedo, así es que ya desde el 20 de marzo, cuando vimos que empezaron a aumentar las restricciones, decidimos sacar primero lo más delicado, como las uvas del Maipo, que está terminado, y luego valles más alejados, como Leyda y Cauquenes', dice Andrés Caballero.

Una de las herramientas que le ha ayudado este año es la instalación de GPS para seguir a los camiones y programar la recepción de la bodega, y la automatización en las cubas para vinos varietales, que tienen una capacidad de 300 mil litros y casi no necesitan personas para operarlas.

'Hemos separado los grupos y mandado a hacer teletrabajo al área administrativa... Si yo me enfermo no pasa nada, pero es muy difícil reemplazar a alguien en la bodega, no es llegar y poner a alguien que nunca lo ha hecho', advierte.

En la Región de Ñuble, que fue la primera en tener un cordón sanitario para el acceso a las comunas de Chillán y Chillán Viejo, el enólogo de la viña Santa Berta, Pablo Herrera, afirma que uno de los principales problemas que ha tenido es que cada día llega menos gente a cosechar, por temor a los contagios desde que se decretó cuarentena obligatoria.

'La mayoría viene de otras comunas, pero de las 60 personas que teníamos cosechando uvas y cultivos, hoy estamos en alrededor de 20, en apenas una semana', dice, y espera terminar la cosecha durante esta semana con el arriendo de máquinas, que han estado escasas.

'El riesgo latente acá es que aparezca un contagio entre los trabajadores, por eso quiero terminar lo antes posible y lo más rápido es hacerlo con máquinas, que hoy tienen una alta demanda… Le vendemos uvas a otra viña de la zona central que nos exige cosechar a mano, pero ya les expliqué la situación y, aunque no les gustó mucho, la entendieron', afirma Pablo Herrera.
 
Fuente: Revista del Campo- El Mercurio
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