Locales de compra y venta de vacunos han funcionado normalmente, incluso con remates virtuales, pese a la pandemia.
Responsables de más del 60% del abastecimiento de animales hacia las plantas faenadoras, el trabajo de las ferias ganaderas es clave en la cadena productiva que culmina con el suministro de carne a los consumidores. Y si bien para su negocio involucra el movimiento de animales de una zona a otras, a pesar de la pandemia, en el último año y tras un primer mes complicado, pudieron acomodarse a las nuevas circunstancias, lo mismo que sus clientes, y han conseguido mantener los remates y funcionar prácticamente normal.
'En general, las ferias no estuvieron nunca paradas. En el caso particular de la Feria de Agricultores de Talca estuvimos casi un mes parados, la mitad de marzo y la mitad de abril del año pasado, pero apenas nos ordenamos y partimos con los protocolos, no paramos más. Somos empresas esenciales y ahora funcionamos con aforos', señala Ricardo Pozo Luco, presidente de la Asociación de Ferias Ganaderas de Chile y gerente general de la Feria de Agricultores de Talca.
Sin embargo, la pandemia de todas formas ha pasado alguna cuenta a este rubro, el que se ha reflejado en menos ganado en las ferias y mayores precios.
De hecho, en los primeros tres meses del año se registra un alza de hasta 30% en los precios, en todas las categorías de ganado bovino en los remates realizados en el país respecto del mismo período de 2020, de acuerdo al Boletín de la Carne de abril 2021 de la Odepa del Ministerio de Agricultura, con datos de la Asociación de Ferias Ganaderas.
Este resultado corre paralelo con una tendencia a la baja en la producción de carne, ya que en los dos primeros meses de 2021 se registra una variación negativa de 7,9%, con 34.698 toneladas producidas, según Odepa. El descenso mayor se da en el beneficio de la categoría de novillos, que representa el 51,7% del total de la producción de carne bovina.
Rápida adaptación
Son variadas las complicaciones que han debido sortear las ferias ganaderas para poder trabajar con normalidad. Las que están agrupadas en Afech representan cerca del 86% de las transacciones del país y se distribuyen en 35 locales de remate, entre Quillota y Coyhaique. El tema era clave, no solo porque son las primeras abastecedoras de las plantas faenadotas, sino también porque los ganaderos nacionales –especialmente los pequeños y medianos– encuentran en ellas la forma de vender sus animales, tanto porque se requiere generar ingresos como porque mantenerlos más tiempo implica también mayores costos. Destaca que son consideradas empresas esenciales, son los principales abastecedores de las faenadoras y los vendedores son principalmente pequeños y medianos productores, cuya forma de operar es a través de estas ferias.
El director (s) de la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias, Odepa, Adolfo Ochagavía Vial, destaca el esfuerzo de las ferias ganaderas para adaptar sus procesos, lo que ha permitido el normal funcionamiento y operación, y 'que el abastecimiento de carne nacional nunca estuviera comprometido'.
En tanto, Ricardo Pozo Luco, presidente de Afech, pone de relieve el papel que les cabe en la cadena.
'Las ferias han ido demostrando que son un negocio que le da tranquilidad al ganadero. Es la única parte donde puede obtener un precio de mercado en forma real, ya que es un remate; o sea, las ferias finalmente son formadoras de precios y la gente, venda o no venda a través de la feria, siempre mira los precios de la feria. La Revista del Campo publica los precios todas las semanas. Entonces, la feria es la única formadora de precios en este momento, aparte de la transparencia que entrega. La gente está en el remate, ve cómo están vendiendo sus animales, el rendimiento, no hay ninguna incógnita: trajo animales a la feria, sabe cuánto pesan, a cuánto se vendieron y la plata que logró', dice Pozo Luco.
Y si bien al ser una actividad esencial pudieron seguir funcionando, para hacerlo debieron establecer nuevos protocolos, que incluyen funcionar con una capacidad limitada, lo que significa muchas menos personas en los remates que lo habitual.
'La verdad es que estamos agradecidos, porque seguimos trabajando, pero sí se notan mermas; la gente no puede desplazarse como quiere, ahora con las cuarentenas hay que despachar los animales antes, además la gente necesita volver a sus lugares de vivienda. Otros han optado por encargar, porque ya no pueden viajar o bien no lo hacen porque se cuidan', apunta Ricardo Pozo.
Lo primero fue establecer los protocolos de funcionamiento con las autoridades locales, y ponerlas en práctica internamente fue relativamente fácil, señala Alejandro Vial Lira, gerente general de Tattersall Ganado.
'Al principio lo más complicado fue con los clientes. Hacerlos entender que había que cumplir los protocolos. Todos quieren ver la venta de su ganado y, con el aforo, se deja entrar preferentemente a los compradores: son los más importantes en este momento. Hoy ya se acostumbraron', plantea Vial Lira.
Menos masa ganadera
Y si bien durante el último año se notó una baja en la cantidad de ganado que está llegando a remate, la causa no sería la pandemia.
Según Ricardo Pozo, esta baja da cuenta de la disminución de la masa en Chile, que según calcula podría estar actualmente en unos dos millones y medio de cabezas. Aunque plantea que eso golpea la actividad, no quiere decir que falte carne en el país.
Similar es la posición de Alejandro Vial Lira, quien señala que en 2020 el mercado de las ferias bajó 5%, y en los primeros meses de este año la baja ha sido mayor. Pero dice que hay que esperar un par de meses para saber si es una tendencia.
'La ganadería ha disminuido considerablemente en los últimos años. Para mí, el principal motivo fue que la rentabilidad no era buena, y con la exportación de ganado en pie y la exportación de animales faenados, el negocio para los que tienen las vacas ha sido mejor. Este es el primer eslabón de la cadena, sin vacas no hay ganadería. Hoy también es buen negocio para los que recrían y los engorderos. Es un buen momento para la ganadería y con más alternativas, tanto internas como externas', apunta Vial.
Pozo Luco destaca que las carnicerías han mejorado su participación como clientes de las ferias ganaderas.
'Es una tendencia proporcional en que las carnicerías se han ido desarrollando un poco más, son clientes nuestros, y han mejorado su participación en la venta de carne. Se trata de carnicerías de barrio, lo que es muy bueno para el negocio ganadero… Compran animales, los faenan en las plantas que dan servicio, y los llevan a sus carnicerías y los venden', señala el presidente de Afech.
Lo anterior tiene como factores de impulso el que la gente está consumiendo más asados en casa, han ido aprendiendo de cortes de carnes, de infiltración, y eso ha llevado a un desarrollo de carnes premium y a despacho por delivery que aumenta la actividad.
El gerente general de Tattersall Ganado explica que se está produciendo carne de muy buena calidad y el mercado la está pagando y que la genética y sanidad de primera línea del ganado están siendo reconocidas.
'Los negocios crecen cuando las rentabilidades son buenas, y la rentabilidad en el negocio ganadero lleva muchos años no tan buena. Ahora mejoró con el alza de precios del último año, pero en general es un negocio bastante estrecho, entonces es muy difícil que crezca cuando la gente que se mete no gana plata', plantea el presidente de Afech, Ricardo Pozo.
No obstante, espera que los ganaderos, con los precios actuales, se vuelvan a motivar y la actividad empiece a crecer un poco. 'Pero no hay ningún número que indique que eso se esté produciendo', dice.
También advierte que las exportaciones de crianza de vaquillas, principalmente a China, que vienen ya desde hace varios años, en algo también repercuten.
Otra de las razones que plantea es el impacto de las importaciones. 'Hoy son una realidad y Chile importa el 60% de la carne que consume. Entonces, claro que eso ha desincentivado al ganadero nacional que tiene que competir con carne importada, muchas veces no en las mismas condiciones, ni con las mismas calidades, pero es la realidad que nos tocó vivir y eso no creo que vaya a cambiar', subraya.
Fuente: Revista del Campo-El Mercurio