Se acerca una nueva zafra de reproductores y, como viene sucediendo año tras año, la señal hacia el sector criador es de estímulo fuerte. Los precios del ternero se acercan a
US$ 3 por kilo vivo, los mayores de la historia. Los precios de las vacas preñadas han subido en términos reales respecto al año pasado. Las causas son lógicas, tanto por oferta como por demanda.
En el mundo hay poca carne y, por más turbulentas que estén las finanzas de Europa y Estados Unidos, muchos millones allí seguirán comiendo carne y otros millones se están incorporando en Asia.
Por el lado de la oferta, lo escaso de la misma será determinante del mercado por un buen tiempo más. No hay ganado en Uruguay, ni en Argentina ni en Brasil. El mundo lo siente. Y lo principal, la capacidad industrial reclama tres millones de vacunos cada año, 60 mil cada semana. Y solo está recibiendo 30 mil. O crece el abastecimiento o la industria tendrá que ajustar su tamaño.
El dato de preñez del entore pasado, de acuerdo a lo estimado por la Dirección de Estadísticas Agropecuarias (DIEA) del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), volvió a ser bajo.
La tasa de preñez fue estimada en 72,3% de los vientres entorados, en base a una muestra de 1.262 rodeos. El dato es menor al del año anterior, que llegó a 78,9% y muestra la persistente vulnerabilidad de la cría a las lluvias de verano. Dos años atrás el registro había sido de apenas 64,3%, tras una Niña que golpeó todavía más fuerte que el verano pasado.
Con dos sequías en los últimos tres veranos, los precios buscan compensar los huecos de la oferta. Y por ahora no lo logran, ni lo lograrán en el corto plazo, porque el MGAP maneja un destete estimado en 60,2% de las vacas entoradas, que fueron 4 millones, lo que generaría 2,4 millones de terneros.
Serán 200 mil terneros menos que los producidos en el año anterior y 400 mil menos que los producidos en 2007, cuando se alcanzó el máximo con 2,8 millones.
Eso es nítidamente insuficiente para una industria que está en condiciones de faenar un millón más de animales.
El resultado del año pasado asegura que por un buen tiempo la faena permanecerá cerca de los dos millones de vacunos por año que tendrá este 2011.
Un desafío enorme para la industria frigorífica y la certeza de que la apuesta a mejorar la cría estará presente en los precios por bastante tiempo.
Nadie puede asegurar a ciencia cierta si la tasa de procreos podrá subir en el próximo entore, aún con un precio del ternero que para lotes livianos ya está más cerca de los US$ 3 que de los US$ 2,50.
El rebrote de la primavera les dará un impulso adicional a los precios antes de que en diciembre llegue el momento de entorar.
Lo más importante es que los precios altos permanecen desde hace tiempo y los técnicos que trabajan con establecimientos criadores empiezan a notar las reacciones de los productores.
Porque una tasa estable de destete en el entorno de 65% no significa que no se estén dando cambios significativos en la cría. Las vaquillonas se entoran antes. La proporción de vaquillonas de más de 2 años sin entorar es cada vez menor. Antes es entoraba un tercio de estos animales. En los últimos años con una mejor alimentación, se entora más de la mitad. Las vacas se engordan más velozmente. Antes las vacas de invernada eran un tercio del total, actualmente son menos de 10%.
Pero en buena medida las mejoras en los predios criadores están en el engorde de las vacas que se venderán, en llevar los terneros a un mayor peso, en diversificar empresas que eran más enfáticamente criadoras.
Todavía no se nota en la tasa reproductiva, aunque sí es factible que mejore la producción de terneros por hectárea, bajo condiciones climáticas normales.
La cría genera 2,5 millones de terneros al año en menos superficie. Y lo que le va quedando son siempre las hectáreas de menor potencial de producción de forraje. En años lluviosos se llega a 2,6 millones. Pero es difícil por ahora salir de esa franja. Con exportación en pie, mortandad y algo de faena, resulta difícil que la industria logre recepcionar más de dos millones de vacunos por año.
Mirada en perspectiva, la cría ha dado un paso atrás del período de auge ganadero de 2003/2006 cuando la agricultura todavía no ocupaba tanta área.
Pero sigue nítidamente por delante de toda su historia del siglo XX cuando no lograba pasar los dos millones y una sequía hacía estragos.
Hasta el año 2002 nunca Uruguay logró destetar más de 2,2 millones de cabezas. En el próximo otoño serán 200 mil más que eso, con menos área ganadera y atravesando un verano adverso en lo climático.
Algo está empezando a cambiar. Empiezan los preparativos para un entore que renueva la posibilidad de que la producción retome una tendencia de crecimiento que permita llegar a la ansiada meta de los tres millones.
Estará además un área de sorgo más importante que en años anteriores que puede consolidar dos vías de crecimiento: por un lado, facilitará la adopción del destete precoz.
Por otro lado, continuará la tendencia a una intensificación del engorde y acelerará la demanda por terneros.
Y, sin embargo, en los últimos años, aún con precios en alza no ha crecido la producción de terneros. Porque seguramente el área ganadera seguirá en retroceso.
El cambio de precios relativos que va llevando el péndulo de la ganadería a privilegiar al primer eslabón de la producción no ha generado todavía cambios lo suficientemente fuertes como para asegurarle a la industria cuándo podrá recibir más ganado.
Es difícil, por no decir imposible, encontrar productores que pasen de hacer ciclo completo a ser criadores. Por ahora eso no tiene lógica. Y hay una amenaza de Niña por delante.
Es notorio que la cría es de los sectores más vulnerables a situaciones climáticas adversas que se dan con cada vez más frecuencia.
Un cúmulo de desafíos y oportunidades que empieza a renovarse cada año cuando la genética ganadera tiene su máxima fiesta en la Expo Prado y empieza una nueva zafra de reproductores.
Que este año confirmará precios altos, mayores nítidamente a los del año anterior, algo que vale tanto para los reproductores como para las crías.
¿Empezará en esta primavera el camino de la recuperación de la población ganadera?
Ganadería tres millones un año después
Ganadería tres millones presentará el próximo lunes un balance de su primer año de funcionamiento. Lanzado un año atrás en la Expo Prado, el emprendimiento busca llegar a un nivel de faena que duplica la actividad de la industria en las últimas semanas. Fuentes del emprendimiento mostraron conformidad con los avances logrados en el primer año, y adelantaron que hay novedades comerciales que han dado un nuevo impulso al proyecto que serán comentadas en la exposición del Prado.
Por el camino de los ovinos
Mientras el stock vacuno caerá en el dato de Dicose de 2011 y 2012, y no hay ninguna perspectiva clara respecto al momento de su recuperación, el panorama en los ovinos ya es nítidamente distinto. La escalada de precios ha derivado en un final nítido de la liquidación. La actual parición ya puede significar la estabilización de la majada y el comienzo de una fase de crecimiento está a la vista.
Pero en el caso de los vacunos hay diferencias. El desabastecimiento mundial es importante, tanto en carne vacuna como en ovina, pero más en este último caso. El precio del cordero ha dejado muy atrás al del novillo. Y en particular eso es notorio en Australia, que tiene un precio para los mejores novillos en el entorno de US$ 3,50. Un marco desafiante para la industria frigorífica local que enfrenta una competencia dura para vender carne en los mercados donde llegan los australianos. Con precios del cordero similares a los de Australia y una fuerte demanda desde Brasil, la escasa producción local se coloca mucho más fácil. En los ovinos la trayectoria de crecimiento de la población, aunque gradual, está definida. En los vacunos es una posibilidad que puede estar comenzando. La faena de vacas de la última semana fue la más baja del año tanto en términos absolutos como porcentuales. Solo 37% de los vacunos ingresados a frigoríficos fueron hembras. Una señal que confirma una tendencia a la baja en la matanza de hembras que viene de semanas anteriores. Retener vientres puede estar cobrando fuerza. Si la salida de ganado en pie da un respaldo y las lluvias no se ausentan, los vacunos pueden empezar a recorrer el camino que los ovinos ya iniciaron.