Los desafíos pendientes de la bancarización agrícola
10 octubre 2011

“Hoy día, cuando tenemos un largo periodo con un tipo de cambio deteriorado, cuando surgen competencias, cuando los mercados de los países más ricos del hemisferio norte están pasando por momentos complejos, entonces yo comparto con la SNA la necesidad de que avancemos para reinventarnos”, señalaba el ministro de Agricultura, José Antonio Galilea.
Las palabras del secretario de Estado tienen sentido. Y son compartidas por buena parte de los agricultores y empresarios agrícolas nacionales, según se pudo constatar en el Encuentro Nacional del Agro (Enagro 2011) organizado por la Sociedad Nacional de Agricultura.
Galilea agregó que en su cartera están conscientes de esta necesidad y que aspirar a poner a disposición de los agricultores “las herramientas necesarias para que dicha reinvención sea posible”.
Algo que reiteró el Presidente de la República, Sebastián Piñera, quien llamó a los agricultores a que “a pesar de los tiempos difíciles que se acercan, no abandonen ese compromiso de reinventarse y que sigamos trabajando juntos para hacer de Chile una potencia agroalimentaria y para hacer de nuestra agricultura, de nuestros campos y del mundo rural, un lugar donde se pueda vivir con tranquilidad en el presente y con optimismo en el futuro”.


De paso, detalló los avances en algunos de los 25 compromisos pro competitividad adquiridos por su Gobierno para el mundo agrícola, además de ratificar su promesa de campaña “de tener un tipo de cambio que sea competitivo para nuestro país”.

la visión del agro
En el encuentro, el presidente de la SNA, Luis Mayol pidió al Presidente, destrabar el financiamiento para la reconversión del sector, enfatizando que la cartera crediticia del agro está mal estructurada en plazos, formas de pago y garantías.
De allí, a su juicio, la necesidad urgente  de entablar un diálogo con la banca para propiciar el desarrollo de productos específicos.
“Como SNA ya estamos trabajando con importantes bancos para lograr el diseño de productos que respondan al perfil de los negocios agrícolas. Y hemos visto cómo el gobierno ha rediseñado instrumentos públicos como las garantías Corfo. Sin embargo, queda por hacer. Los avances aún son insuficientes puesto que no se adecuan a la realidad del sector. Quisiéramos ver a un Banco Estado más comprometido con las Pymes agrícolas. Quisiéramos que sus planes de reconversión y de reestructuración de pasivos estén efectivamente disponibles y de forma más expedita y ágil, especialmente en regiones”, planteó el empresario.
Asimismo, agregó que hacen falta más recursos para la inversión en riego, recuperación de suelos degradados y promoción de exportaciones, así como también para que Cotrisa juegue un rol oportuno esta temporada.

¿y los bancos?
Durante el evento realizado en Santiago, uno de los expositores fue Jorge Awad, presidente de la Asociación de Bancos e Instituciones Financieras (Abif).
Awad abordó justamente uno de los temas que se ha puesto sobre la mesa en reiteradas oportunidades por parte de los gremios agrícolas: los desafíos para potenciar la bancarización de la agricultura.
El directivo bancario explicó que hay que tener en cuenta que el agro tiene una participación mayor en la cartera de créditos de los bancos (3,8%) que en el PIB chileno (2,5%).
Pese a eso, enfatizó que en el segmento de la mediana y pequeña empresa, queda mucho por avanzar, debido, principalmente, a la atomización del sector.
En ese sentido, considera que la existencia de Garantías Reales y sus Sustitutos (instrumentos con aval del Estado), son fundamentales para avanzar en el proceso de bancarización del agro, por lo que es clave mantener actualizada la información y calidad de estos mecanismos.
De paso, enumeró otros elementos que ayudarían a avanzar en esta dirección, como una mejor evaluación de riesgos para lo cual es necesario implementar algún sistema de contabilidad básica para todos quienes optan por tributación en base a renta presunta.
Asimismo, se cuenta como un factor relevante la mitigación de riesgo legal, principalmente referente problemas legales en títulos y situaciones irregulares afines.
A esto suma algunos puntos débiles que se deben mejorar, como el escaso conocimiento de alternativas de financiamiento y uso de mitigadores de riesgo, lo que desde su perspectiva, limita la bancarización del sector. “Se requiere avanzar hacia una mejor y mayor comunicación del cliente”, planteó.
“Este desconocimiento de los instrumentos existentes para mitigar o traspasar riesgos, sean éstos del tipo seguros (para riesgo cambiario o climático), avales o garantías del Estado (para riesgo de crédito), o simplemente a través de una mejor gestión financiera, genera un límite real a la bancarización del sector”, expuso ante los empresarios del agro.

problemas
A juicio del productor de trigo y avena de Victoria y dirigente del gremio en la provincia de Malleco, Nicolás Donze, las medidas anunciadas este año por el Gobierno en orden de mejorar el acceso a financiamiento de los agricultores, no han tenido el impacto esperado.
Ello, pues a su modo de ver, muchas veces las entidades financieras, pese a contar con recursos para colocar en el agro y tener garantías estatales, ponen trabas adicionales a los productores. “Esto hace que en la práctica, las limitantes a la bancarización de la agricultura se mantengan. A mi juicio, las medidas e incentivos gubernamentales, deben tener una correlación con la forma de operar de los bancos”, remarca.
Por ello, cree que es necesaria la implementación de un banco agrícola, el que debe especializarse en instrumentos dirigidos al agro, con sus particularidades. “Hoy en día, muchas empresas de servicios dan más crédito y con menos burocracia que un banco”, remarca.
El presidente de la Sociedad Agrícola y Ganadera de Osorno (Sago), Tomás Erber, explica que en el seno de la SNA ya han dialogado con entidades financieras. De hecho, valora el que bancos como el de Chile y del Estado, hayan lanzado instrumentos para el mundo agrícola. Aunque no todo lo que brilla es oro.
Según el dirigente osornino, las opciones avanzan en el sentido de los plazos en los que se puede pagar un crédito. “No obstante, donde seguimos topando es en el tema de las tasas de interés que se cobran, las que siguen siendo altas”, sostiene.
Algo que tiene que ver con los análisis de riesgo que se realizan, “pese a que está demostrado que los agricultores son los mejores pagadores del sistema”, dice Erber.
Algo que ratificó en Victoria, el vicepresidente de BancoEstado, Roberto Palumbo, hace un par de meses. Allí, señaló que el banco tenía unos 90 mil agricultores dentro de su cartera de clientes y que eran “los mejores pagadores”. Y agregó que los datos derriban el mito y el paradigma del alto riesgo crediticio de este sector productivo. Algo que ahora debe ratificarse en la práctica.

El ejemplo sureño estuvo presente en Enagro 2011. José Miguel Inalaf, un desatacado empresario ligado al rubro de los cerezos, contó ante el auditorio cómo se ha caído y levantado en repetidas ocasiones: robos, incendios, ataque de plagas, enfermedades, falta de agua y hasta la muerte de su padre ha debido enfrentar en los últimos años.
Pese a eso, sigue en pie. Y más fuerte que nunca. Hoy, con esfuerzo se ha convertido en un empresario agrícola respetado y que es considerado un modelo para sus pares en la zona de Gorbea.
Su negocio incluye 14 hectáreas de superficie, divididas entre las cerezas y los eucaliptus, los que sacó adelante con lo mínimo.
De hecho, Inalaf cuenta que plantó cuatro hectáreas con sólo 10.000 pesos, todo un récord, pero que muestra su espíritu emprendedor a toda prueba.
En los frutales, innovó con los cerezos cuando no muchos confiaban en que dieran resultados. Hoy tiene más de 100 trabajadores mapuches y produce unas 50 toneladas de fruta.
A su juicio, han sido clave las asesorías técnicas, los instrumentos de fomento y la articulación de una verdadera red de trabajo con universidades, centros de investigación, empresas y  de los servicios gubernamentales.

 

Fuente: Revista del Campo Sureño

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