Los actores que pactaron el proyecto que modifica el Código del Trabajo para flexibilizar las condiciones en la agricultura señalan que tanto trabajadores como empresarios se verán beneficiados.
F ue definida como uno de los hitos de la última década. Sin embargo, hace diez años, nadie hubiera apostado por ella. Parecía insólito que empresarios y trabajadores, dos sectores cuya relación estaba más centrada en las desconfianzas que en puntos de encuentros, formaran la Mesa Frutícola. De esos primeros diálogos nacieron las y negociaciones que después pasaron a la Mesa Nacional Agrícola, que incorporó a más sectores, y finalmente dio luz verde al esperado proyecto de Estatuto del temporero agrícola, que promete una nueva era en las relaciones laborales en el campo.
"El proyecto de estatuto laboral para los trabajadores agrícolas es un gran hito, que representa la fortaleza del diálogo social en nuestro país. La Mesa Nacional Agrícola bipartita, a la que se sentaron empresarios y trabajadores, fue capaz de ponerse de acuerdo en materias laborales y presentar al Ejecutivo una propuesta de modificaciones a la normativa vigente. Esto sitúa al sector agrícola como un ejemplo nacional de cómo llegar a acuerdos. Se valora igualmente la capacidad para aceptar las observaciones del equipo técnico organizado por los ministerios del Trabajo y de Agricultura", señala el ministro de Agricultura, José Antonio Galilea.
Ahora todo depende del Congreso.
"Seguramente en el debate técnico del proyecto vamos a tener diferencias con los parlamentarios, pero nuestro llamado es a rescatar el principio mayoritario de acuerdo entre trabajadores y empresarios", plantea Antonio Walker, presidente de Fedefruta.
Y para los trabajadores el tema requiere de atención urgente.
"Para el sector de los trabajadores resulta imprescindible hacer lobby con los parlamentarios para apurar la discusión del proyecto. Junto al empresariado o cada sector por su lado deberá conversar con los partidos y parlamentarios. Queremos como estrategia con los empresarios establecer empresas piloto para demostrar que sí se puede negociar y sí se pueden pactar las condiciones tanto a los trabajadores como a los empresarios que todavía están reticentes. Sabemos que hay gente que está hablando que esto no es lo mejor, pero éste es un paso. Además, hay espacio democrático en el Congreso donde entregar propuestas", dice Rigoberto Turra, presidente del Mucech.
Los cambios principales
Según quienes intervinieron en las conversaciones, la propuesta original de la Mesa Nacional Agrícola sólo tuvo algunas adecuaciones de forma, pero no de fondo.
"La propuesta original consideraba un cuerpo normativo independiente, que fue modificado, en acuerdo con la mesa nacional, permitiendo desarrollar un proyecto cuyo objetivo es generar modificaciones en el Código del Trabajo", aclara Galilea.
Desde el lado de los empresarios, se reconoce que hay temas por avanzar.
"Aún existen factores que motivan a los jóvenes a dejar el campo. Así, la obtención de beneficios sociales, de vivienda o la capacitación, educación y acceso a salud resultan más difíciles en el campo. Por eso estaremos preocupados de revertirlas y generar un reencantamiento de la vidad rural a fin de evitar la falta de mano de obra", señala Ronald Bown, presidente de Asoex.
En la SNA están conformes con lo logrado.
"Quizás hay temas en que falta profundizar, como los abusos a trabajadores o la parte previsional, entre otros, pero esta mesa es permanente y seguirá trabajando en lo que pudo quedar pendiente o que se puede perfeccionar. En 10 días más tenemos la próxima reunión y se seguirá avanzando, ya que esta mesa no tiene temas tabú", señala Luis Mayol, presidente de la SNA.
Estos son los principales cambios:
Flexibilidad en la jornada
El proyecto aborda el problema que se produce con la jornada de trabajo, que muchas veces se interrumpe, ya que la agricultura -por sus características- esta supeditada a hechos de la naturaleza.
Así, la aplicación de la norma de discontinuidad de la jornada diaria queda sujeta a la dictación de un reglamento que regulará las condiciones en que se utilizará esta disposición, resguardando los derechos de los trabajadores.
"Tanto productores como trabajadores requieren normas que puedan acomodarse a distintos escenarios de producción, los cuales son regulados por la naturaleza y las condiciones agroclimáticas. Estas condiciones pueden cambiar de un minuto a otro o de temporada en temporada, por lo cual se requiere de una normativa laboral con mayor flexibilidad que permita potenciar la figura de la adaptabilidad pactada entre las partes. Esta iniciativa no es una imposición del Gobierno, sino que representa un acuerdo nacional del cual el Estado debe ser garante y, por lo mismo, velar porque esos compromisos lleguen a buen término, respetando todos los acuerdos internacionales en materia laboral que ha suscrito Chile", dice Galilea.
Negociación colectiva
Esta sería una de las modificaciones más sustanciales que presenta el proyecto. Se permite la celebración de pactos colectivos por faenas de trabajadores agrícolas, tanto permanentes como de temporada. Con ello se podrá normar la jornada laboral, los bonos de producción, y otros, sin sobrepasar los límites o excepciones que el Código Laboral permita.
Destaca la bolsa de horas extraordinarias de duración mensual, las cuales poseen límites semanales y mensuales y los resguardos a la salud de los trabajadores. Esta bolsa se podrá utilizar en faenas en que se firmen pactos colectivos.
"La posibilidad de acordar pactos colectivos y, mediante éstos, establecer las reglas del juego en cada una de las faenas productivas en lo que respecta a las horas de trabajo adicionales a la jornada extraordinaria de aplicación general, bonos de producción, pautas de pago, etc., permitirán generar las primeras instancias de fidelización laboral. Esta es uno de los aspectos clave para los sistemas productivos. El proyecto se hace cargo de una demanda histórica de los trabajadores que piden más libertad para desempeñar su labor, y los empresarios, que reconocen los esfuerzos de sus trabajadores, pero que a su vez demandan una mayor productividad", señala Galilea.
Los contratos
Otro hito para los trabajadores está en el tema contratos. Para evitar que los trabajadores tengan sucesivos contratos por obra o faena, que encubren una relación indefinida, se plantea que de existir 10 meses de relación laboral bajo contrato a plazo fijo, por obra o faena o servicio, la relación se considerará de carácter indefinido. Además, la remuneración percibida por el trabajador temporal será promediada en 12 meses. Con esto los trabajadores podrán mantener o acceder a beneficios o subsidios de origen estatal, municipal o de seguridad social.
"El reconocimiento de un contrato indefinido para los trabajadores temporales, que de hecho prestan servicios permanentes, producto de las sucesivas renovaciones de contrato por obra o faena, es uno de los logros más importantes del proyecto del estatuto. Por otro lado, la posibilidad real de llegar a acuerdos y plasmar en los pactos colectivos las reglas del juego para cada faenas donde se aplique esta normativa, permitirá a los trabajadores poder gozar de todos los beneficios que otorga el contrato indefinido, entre ellos, indemnización por años de servicio y leyes sociales", dice el ministro.
Los actores se pronuncianLuis Mayol, presidente de la SNA."La firma de este proyecto representa un signo de madurez cívica, laboral y patriótica.Y lo más importante es que se adecua el estatuto laboral del temporero a la realidad actual del agro; el hecho de haber establecido una negociación pactada".
Rigoberto Turra, presidente del Mucech."Va a permitir que los trabajadores puedan pactar sus condiciones de trabajo, puedan negociar condiciones. También que los trabajadores podrán distribuir sus remuneraciones en 12 meses, porque hasta ahora quedan fuera de los beneficios sociales, incluso de ser atendidos por los tribunales laborales".
Antonio Walker, presidente de Fedefruta."Esto permite pasar a una ley mucho más amigable y adecuada a las particularidades del mundo frutícola. Además, rescata la disposición al diálogo social, lo que implica una relación de socios y dignifica la labor de quienes trabajan en los huertos de Chile. Todos ganamos con una cancha muy bien rayada".
José Antonio Galilea, ministro de Agricultura."El principal impacto es que permitirá adaptar la normativa laboral a la realidad del sector, permitiendo a los trabajadores ser más productivos y a los empresarios ser más competitivos en una economía abierta y muy sensible a escenarios económicos adversos".
Ronald Bown, presidente de asoex"Es un avance para incrementar la competitividad. Contribuye a lograr una mayor fidelización de los trabajadores con las empresas y mejora el clima laboral, aparte de permitir la materialización de esquemas productivos que aumentarán la productividad y, por ende, los salarios".
Fuente. El Mercurio