"La cartera impulsa más de 70 prácticas para la recuperación de suelos, entre los que destaca la incorporación de los residuos de la cosecha para evitar su quema", explicó el subsecretario de Agricultura en seminario sobre el tema realizado en Chillán.
El 50% de los suelos del territorio nacional presenta algún grado de erosión -catastro del Centro de Recursos Naturales del Ministerio de Agricultura- y la contaminación del aire se ha vuelto un tema que cada vez preocupa más por su impacto en el cambio climático.
Ante esta realidad, el Ministerio de Agricultura "ha impulsado más de 70 prácticas para la recuperación de suelos, entre los que destaca la incorporación de los residuos de la cosecha para evitar su quema, lo que reduce la emisión de CO2 a la atmósfera", explicó el subsecretario de Agricultura en el marco del seminario "Situación actual y alternativas técnicas para el manejo de rastrojos en la zona centro y sur", realizado en la sede del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria de Chillán (Inia Quilamapu).
En la ocasión, el Subsecretario de Agricultura, Álvaro Cruzat planteó la necesidad de "tener una visión más integradora respecto del tema de suelos en general".
"Nos hemos propuesto hacer este primer esfuerzo organizativo de juntar a la academia, investigadores, servicios del agro, responsables de las quemas, Medio Ambiente y Salud, para tratar de instalar este tema en la discusión, que requiere de un cambio cultural y el esfuerzo de un rediseño de las políticas públicas, que va a necesitar de un esfuerzo coordinado mucho más allá del Ministerio de Agricultura", dijo.
En la ocasión, la autoridad también reconoció la labor de uno de los precursores del manejo de rastrojos, el agricultor Carlos Crovetto, quien fue homenajeado por el Ministerio de Agricultura por sus largos años dedicados a la conservación de suelos.
Cero labranza para la recuperación de suelos
El Ministerio de Agricultura a través del Programa "Sistema de Incentivos para la Recuperación de Suelos Agropecuarios" establece el compromiso con la sustentabilidad agroambiental de los suelos agrícolas del País, a través de la bonificación de una serie de prácticas que eviten el rompimiento, la contaminación y/o la degradación del suelo.
Entre estas se encuentran prácticas del manejo de rastrojos o residuos de la cosecha como paja, ramas, hojarascas; las que implican la obligación del beneficiario de no quemarlos en ninguna parte del predio objeto del beneficio, salvo condiciones de emergencia sanitaria decretada por la autoridad correspondiente.
Una de las más conocidas es la "cero labranza". Este tipo de siembra deja sobre la superficie del suelo el rastrojo o residuo del cultivo anterior, removiéndolo lo menos posible y sin que la quema sea una opción. Así, el rastrojo es usado como materia orgánica, mejorando la composición del suelo e incentivando su recuperación.
Esta técnica se puede utilizar en diversos tipos de cultivos, incluyendo los anuales, hortícolas, frutícolas y forestales. La cero labranza se desarrolla en zonas con riesgo de pérdida de suelo por erosión y desde el año 1998, se han intervenido más de 56 mil hectareas, a través del SAG (recibiendo los agricultores un monto de bonificación de 1.713 millones de pesos) y más de 33 mil hectáreas, a través de Indap.
Fuente. Ministerio de Agricultura - Chile