Desde principios de 2011 que las alarmas de los mercados no han parado de sonar anunciando un deterioro económico de los países desarrollados. Sin embargo, en el último mes, cuando la casi debacle de Grecia y ahora con los problemas en Italia, la situación se ha vuelto aún más volátil, generando una creciente inseguridad global.
“Los sucesos de la crisis de la Eurozona y el estancamiento de la política económica en Estados Unidos prevén un escenario sumamente incierto que podría tener como consecuencia que los consumidores contraigan fuertemente sus gastos y las empresas suspendan sus inversiones”, comenta Louis des Cars, CEO de Coface Chile, entidad que realizó un informe al riesgo que están representando los diversos países.
El monitoreo de Coface ha detectado un incremento importante en el atraso de pagos por parte de las empresas, particularmente en las economías de la Eurozona periféricas.
La situación puede tener un impacto no menor en las exportaciones nacionales, buena parte de las cuales van precisamente a esa zona del planeta. No sólo podría implicar menores compras, sino mayor riesgo de que los que compren no cumplan con sus compromisos.
“Los exportadores nacionales deben estar aún más alertas de lo habitual al comportamiento de pago de cada comprador”, aconseja Des Cars.
De acuerdo al informe de Coface hay que poner atención en las siguientes zonas:
Zona euro: Recesión peor
La situación económica en esta zona está peor de lo que se había proyectado, principalmente por el aumento de déficit público griego. Esto ha llevado a que en este país haya un importante aumento de incidentes de pago por parte de las empresas. Asimismo, el endurecimiento del gobierno griego en las condiciones para otorgar préstamos a las empresas e inversionistas afectó a los bancos. Así, en el primer semestre de 2011, los préstamos a las empresas se redujeron en 7%.
Todo lo anterior llevó a que Coface bajara la evaluación del riesgo para Grecia a C.
“El contagio a las demás economías se ha manifestado a través de una desaceleración de la actividad en el resto de esa región durante el segundo trimestre de 2011, así como en el deterioro del comercio exterior y particularmente la baja en el consumo. Esto lleva a proyectar un crecimiento empresarial muy modesto para el resto de 2011″, señala el informe.
Esto llevó a Coface a eliminar la vigilancia positiva sobre las evaluaciones de riesgo A2 para Alemania, Austria, Bélgica, Francia y Holanda. En tanto, las evaluaciones de A3 de Italia y A4 de Portugal quedaron en vigilancia negativa.
“El endurecimiento de las medidas de austeridad presupuestaria debería mantener la economía italiana estancada y la portuguesa en recesión en lo que resta de 2011 y en el futuro. La capacidad de pago de las empresas está afectada por las tendencias negativas en el contexto macroeconómico y financiero de estos dos países”, sostiene Des Cars.
EE.UU : limitado crecimiento
Si bien la situación en EE.UU.no es tan dura como la de Europa, Coface descartó la posibilidad de mejorarle su evaluación de A2.
“Se ha reevaluado a la baja el crecimiento para 2011, de 2,2% de julio pasado a 1,7%. Los niveles de confianza de los líderes empresariales y de hogares han disminuido sustentablemente, en un contexto de división política sobre cómo seguir los planes de estímulo”, indica el informe.
Esas situaciones llevan a estimar que la actividad económica de ese país podría contraerse aún más en la segunda mitad del año y seguir en el 2012, lo que podría significar un aumento de las quiebras, especialmente en las pequeñas y medianas empresas.
“Los cambios negativos de las evaluaciones de riesgo país confirman que dejamos atrás la fase de mejora global en el comportamiento de pago de las empresas observada desde el segundo semestre de 2009. Hay un retroceso en la confianza de los actores involucrados. La falta de consenso entre actores políticos sobre soluciones para la crisis soberana y el débil crecimiento estadounidense es uno de los conductores que alimentan esta crisis de desconfianza. El gran reto para la reconstrucción europea es establecer medidas para frenar el contagio de la crisis de la deuda griega a otras economías de la Eurozona. Esto sería el elemento clave que asegure que la desaceleración no se convierta en recesión”, enfatiza Louis des Cars.
Señales positivas
A pesar del contagio global, aún hay países poco afectados. Es lo que se ha observado en Islandia, que ha tendido al crecimiento (2,5% en 2011) apoyado por el consumo de los hogares y por las inversiones de las empresas. Además, su deuda externa, aún alta, ha mejorado considerablemente de 564% del PIB de 2008 a 250% del PIB en 2011. También se ha saneado el sector bancario. Por lo anterior, Coface ubicó en observación positiva su evaluación de riesgo A4.
La entidad levantó la vigilancia negativa sobre Tailandia, reclasificándola en A3, dado que ha estabilizado la situación política después de las elecciones y ha mostrado una cierta resistencia a las turbulencias económicas y financieras.