La ganadería deambula entre lo rentable y lo sustentable
19 diciembre 2011

En las regiones de La Araucanía, Los Ríos y Los Lagos se concentra la mayor parte de la actividad pecuaria chilena. En el Censo de 2007 la Décima Región presentó un aumento de 4,4% en sus existencias,  alcanzando el millón 47 mil 167 cabezas, lo que representaba el 28,2% de existencias nacionales, seguido por la Región de la Araucanía con 18% y la de Los Ríos con el 17%.
En este mismo territorio se produce el 84% de la leche de nuestro territorio. Y se produce casi la  mitad de la carne de Chile.
En ese marco, Osorno fue el escenario de un evento que trató de manera profunda una serie de temas ligados con la producción ganadera, en todos sus aspectos: desde los biotipos genéticos a la sustentabilidad.


Con la participación de investigadores locales y expertos internacionales de Argentina y Nueva Zelandia, además de 200 empresarios agrícolas, profesionales, técnicos y estudiantes, se desarrolló la “Jornada de Ganadería y Medioambiente”, en el Centro Regional de Investigación Inia Remehue.
Allí, los presentes conocieron detalles de los últimos avances de investigación relacionados con la actividad pecuaria de la zona sur.

nutrición de suelos
Fernando García, director para el Conosur del Instituto Internacional de Nutrición de las Plantas (IPNI) de Canadá, expuso sobre las “Mejores Prácticas de Manejo de la Nutrición de Suelos y Cultivos”.
Al respecto, el especialista explicó que en la actualidad hay demandas crecientes de alimentos, biomateriales, fibras y biocombustibles. Pero también hay desafíos para la agricultura, como el desarrollo humano y económico, la seguridad alimentaria, la seguridad energética, el uso de tierras y los efectos sobre el ambiente.
Así, planteó que el manejo de suelos y los nutrientes es el elemento común que se encuentra en los distintos procesos que culminan con un balance entre la nutrición humana, la producción de carbono y el buen uso de la tierra. Es decir, aparece como la manera de equilibrar estos tres objetivos.
García agregó que uno de los desafíos del rubro apunta a la intensificación productiva sustentable. Algo que se logra con una mayor producción por unidad de recurso o insumo involucrado en el espacio y el tiempo; mejorando eficiencias en términos agronómicos, económicos y ambientales; e involucrando sistemas y no solamente cultivos.
“Trabajamos en sistemas de producción en los que las prácticas y procesos interactúan y modifican la eficiencia y efectividad de uso de otras practicas y procesos”, afirma.
Por ello, plantea la necesidad de implementar un nutrición adecuada de cultivos y suelos, buenas rotaciones, incrementar el uso de siembras directas, propiciar el mejoramiento de genética, desarrollar un manejo integrado de plagas, enfermedades y malezas y aplicar prácticas de manejo como cultivos de cobertura.
“La intensificación de la producción agrícola, en un marco global de sustentabilidad económica, ecológica y social, requiere del empleo de las mejores prácticas de manejo (MPM) para el uso de los fertilizantes”, remarca el especialista,
García fundamenta que estas MPM implican la aplicación de la fuente correcta con la dosis correcta, en el momento y la forma correcta.  Pero se deben integrar con las MPM agronómicas para alcanzar los objetivos del sistema de producción -como la productividad, rentabilidad, durabilidad y salud ambiental- y de la sociedad.
Asimismo agrega que para determinar las MPM de fertilizantes se debe procurar la integración de indicadores económicos, sociales y ambientales.

 

¿el biotipo ideal?
El doctor Rodrigo Morales, mostró en el seminario un estudio desarrollado en Remehue y que permitió determinar la buena calidad de la carne de los animales que corresponden al biotipo lechero, como la raza Holstein.
El investigador resaltó que -según los análisis- esta alternativa de producción de carne, usando machos de lechería, mostró incluso una mejor rentabilidad en comparación con el ganado tradicional de carne.
En efecto, de acuerdo a las condiciones del estudio, se estableció que el menor costo de la reposición del ganado lechero, en comparación con el de carne, permitió lograr una mejor rentabilidad. Todo bajo las condiciones del ensayo, en el que se privilegió -por encima de otros factores- aspectos relacionados con la calidad de la carne de ambos biotipos de ganado bovino.
El proyecto se basó en la evaluación técnica y económica de la engorda de dos grupos de novillos. Por una parte los del “Biotipo de Carne” como Angus, Hereford y cruzas; y por otra, el “Biotipo de Leche”, con Holstein y cruzas.
Y los resultados muestran que -en iguales condiciones- el biotipo lechero presentó un mayor consumo de alimentos y una mayor ganancia peso. En tanto, los animales del biotipo cárnico obtuvieron un mayor rendimiento de la canal.
Asimismo, en cuanto a la calidad de carne, “los resultados indican que la carne de un novillo de raza lechera puede ser de igual o superior calidad que la de uno de raza cárnica”, remarca el especialista, lo que demuestra que los productores de leche tienen una alternativa productiva de carne rentable y de calidad en sus manos.
Durante el encuentro, los asistentes realizaron un recorrido por los ensayos de ganadería, en los que se dieron a conocer más detalles del proyecto de investigación relacionado con la producción de carne usando machos de lechería, que fue financiado por el Gobierno Regional de Los Lagos.

praderas regeneradas
El especialista en suelo, Alfredo Torres, explica que una pradera degradada, llega a esa condición principalmente por problemas de fertilidad de suelo, por daños a causa de un ataque de plagas y por otros factores de manejo que no se llevan en la forma adecuada.
Allí es donde aparece la regeneración de praderas como una opción. Se trata de un proceso mediante el cual se persigue incorporar semillas de especies de alto valor forrajero y fertilizante en una pradera dominada por especies de bajo valor forrajero, pero de buena fertilidad. Todo con un mínimo de alteración de la vegetación residente.
Entre sus ventajas se cuenta un menor costo que la siembra tradicional; una disminución de los problemas de erosión;  mayor acumulación superficial de fósforo; una rápida pida respuesta en producción de forraje y en su uso, además de una producción más estable en el tiempo; y una baja en los problemas de descalce. Como contrapartida, explica Torres, se cuentan mayores requerimientos de manejo, lo que puede ser visto como una desventaja por algunos productores.
Al respecto, el investigador enumera al menos 13 elementos que revisten importancia a la hora de definir un mecanismo de regeneración de praderas: la época de la labor; la elección de especies y variedades; la calidad de las semillas; las condiciones del suelo; la fertilidad del suelo y fertilización; las dosis de semillas; la inoculación y peletización; la desinfección de semillas; métodos de regeneración; el tipos de máquinas; la profundidad de la regeneración; el control de la vegetación residente; y la utilización de la pradera.
Adicionalmente, en el seminario se abordaron temas de fertilidad. El especialista neocelandés, Stewart Ledgard, de AgResearch de Nueva Zelandia, expuso sobre el “Manejo estratégico del nitrógeno en praderas”, mientras que la investigadora de Remehue, Marta Alfaro abordó una temática que está  de moda: “Fertilizantes nitrogenados de liberación lenta”.
Ambas presentaciones permitieron a los asistentes darse cuenta de los aspectos críticos que deben considerarse para un uso más eficiente del nitrógeno en praderas; y del rol que las nuevas alternativas de fertilización nitrogenada disponibles pueden jugar en los sistemas productivos ganaderos que se desarrollan en el sur de Chile.


Una de las temáticas desarrolladas en el marco de la jornada ganadera organizada por el Centro de Transferencia Tecnológica y Extensión (CTE) de Inia Remehue, se relacionó con la sustentabilidad productiva y ambiental de las actividades pecuarias.
De hecho, los agricultores, profesionales y técnicos que participaron de esta jornada, aprovecharon de conocoer en terreno los proyectos del área de medioambiente.
Allí se están evaluando las emisiones de gases con efecto invernadero en praderas permanentes, por el uso de distintos fertilizantes como purines, urea y fertilizantes asociados al uso de los inhibidores del ciclo del nitrógeno.
Los resultados de estos trabajos indican que las emisiones de este tipo de gases en el sur de Chile serían bajas, en comparación a valores obtenidos en otras latitudes.
Y en particular, en relación a los valores usados como referencia en el Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (PICC).
Sin embargo, estos trabajos pioneros en Chile determinaron también que las pérdidas de nitrógeno asociadas a la volatilización de amoniaco pueden ser altas en nuestro país.
Por ello, de acuerdo a las recomendaciones entregadas por los expertos. los productores deben optimizar al máximo el uso de este nutriente.
En Remehue se encuentra el único centro relacionado con la determinación de factores de emisión de gases con efecto invernadero en la ganadería, con información específica de la realidad chilena.

Fuente: Revista del Campo Sureño

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