La seguridad alimentaria de la mano de la ganadería
2 enero 2012

Para el año 2050 una población mundial más numerosa consumirá dos terceras partes más de proteínas animales que hoy, con más presión sobre los recursos naturales del planeta. Así lo  indica un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), que señala que el crecimiento demográfico y el aumento de los ingresos están atizando una tendencia actual hacia un consumo mayor per cápita de proteína animal en los países en desarrollo.
El informe World Livestock 2011: Livestock in food security (Ganadería mundial 2011: el ganado en la seguridad alimentaria) prevé un aumento del consumo de carne de casi el 73% para el año 2050; mientras, el consumo de productos lácteos crecerá un 58% respecto a los niveles actuales.


Gran parte de la futura demanda de la producción pecuaria -especialmente en las ciudades en acelerada expansión de todo el mundo, donde se está produciendo la mayor parte del crecimiento demográfico- se satisfará a través de operaciones en gran escala de cría intensiva de animales, puntualiza el informe.
Y añade que, en las condiciones actuales, no hay alternativas técnicas ni económicas viables a la producción intensiva para satisfacer la demanda de productos pecuarios de las ciudades en crecimiento.

crecimiento
El aumento de la producción pecuaria en los últimos 40 años se debió principalmente a un aumento del número global de animales en cría.
Pero -según Ganadería mundial 2011- es difícil imaginar cómo se podría satisfacer la demanda prevista duplicando la cría de aves de corral, aumentando un 80% la de pequeños rumiantes, un 50% la de bovinos y un 40% la de porcinos, con la misma cantidad de recursos naturales que se utilizan hoy.
El análisis indica que el aumento de la producción tendrá que  producirse logrando que los sistemas pecuarios convirtieran con más eficiencia los recursos naturales en alimentos y produjeran menos residuos.
“Para esto, es necesario invertir capital, dar apoyo normativo y un marco de reglamentación”, sostiene el informe.
Pero no es todo. Hay además otros desafíos que también deberán afrontarse, como la sequía, la escasez de agua y otras repercusiones relacionadas con el clim. Eso, junto al peligro de las enfermedades de los animales, algunas de las cuales pueden ser una amenaza directa para la salud humana-, que tendrán que tratarse con sumo cuidado al intensificar la producción pecuaria.
Y añade que no basta derramar recursos para afrontar las amenazas urgentes de enfermedades de hoy, sino que es necesario financiar la vigilancia de las enfermedades y la investigación epidemiológica a fin de anticipar futuras enfermedades en los países que producen el grueso de los alimentos de origen pecuario.

seguridad alimentaria
Desde 1967, la producción mundial de aves de corral ha aumentado un 700%. También otros productos presentan un gran incremento, como los huevos (350%), la carne de cerdo (290%), la carne ovina y caprina (200%), la de vacuno y de búfalo (180%) y la leche (180%).
Los productos pecuarios hoy aportan el 12,9% de las calorías que se consumen en todo el mundo -un 20,3% en los países desarrollados-. Y la contribución al consumo de proteínas se estima en 27,9% en todo el mundo (47,8% en los países desarrollados).
Sin embargo las tendencias mundiales no son uniformes. En muchos lugares no ha aumentado la producción y el consumo de proteína animal no ha crecido entre las comunidades pobres y vulnerables, señala la FAO.
De allí que se estime que en el mundo en desarrollo, el ganado y los productos pecuarios pueden hacer una contribución decisiva a la seguridad económica de los hogares, a la seguridad alimentaria y la nutrición.
Un consumo hasta de pequeñas cantidades de alimentos de origen animal puede mejorar el estado nutricional de las familias de bajos ingresos.
La carne, la leche y los huevos proporcionan proteínas con una gran variedad de aminoácidos y micronutrientes como el hierro, el zinc, la vitamina A, la vitamina B12 y el calcio, nutrientes de los que muchas personas malnutridas tienen carencia.

ambiente
Uno de las preocupación ligadas a la ganadería tiene que ver con sus repercusiones ambientales, como la contaminación de las aguas subterráneas y las emisiones de gases de efecto invernadero, así como por su potencial patológico, advierte el informe, y añade que es urgente reducir los efectos ambientales de la producción intensiva.
La FAO señala que, a partir de los conocimientos y la tecnología de hoy, eso podría lograrse por tres vías: reducir el nivel de contaminación generado a partir de los residuos y gases de efecto invernadero; reducir los insumos de agua y cereales necesario para la producción de proteínas animales; y reciclar los productos agroindustriales secundarios a través de las poblaciones pecuarias.

Fuente: Revista del Campo Sureño

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