La falta de precipitaciones y las altas temperaturas que se han venido observando en los últimos meses en el sur de Chile, han adelantado la madurez de los pastos afectando el consumo de los animales y su respuesta. Adicionalmente, la oferta de ganado en ferias ha aumentado y como consecuencia de ello se ha notado una baja en el precio, aunque esto tradicionalmente ocurre en esta época.
Las condiciones climáticas no parece que vayan a cambiar mucho el presente escenario. Y por lo tanto, es necesario a nivel ganadero pensar algunas estrategias que aminoren el impacto que una eventual sequía pudiera ejercer en los animales.
Déficit hídricos prolongados que derivan en sequía pueden ocasionar varios problemas en la ganadería, en especial en la crianza de bovinos y ovinos. Entre estos problemas se cuenta menor tasa de preñez, menor producción de leche, reducidos pesos al destete de las crías y pérdida de condición corporal.
En ovinos una falta de forraje de calidad previo al encaste, podría provocar una menor tasa de ovulación disminuyendo la productividad futura de la oveja.
Todo lo anterior sugiere como necesario abordar decisiones de corto, mediano y largo plazo para poder sobrellevar en mejor forma esta condición.
Una de ellas es la revisión de la carga animal. Si el pastoreo y la vuelta general a los potreros es rápida y éstos no alcanzan a recuperarse en un periodo “normal”, probablemente el predio tenga una sobre carga animal. Ello implicará seleccionar y vender animales improductivos o fuera de tipo y eliminar vacas secas, viejas o de partos tardíos. Con ello se liberará superficie de praderas para el resto del plantel.
Otro punto es el destete temprano o creep feeding. Ante condiciones de sequía, puede ser necesario tomar la decisión de hacer un destete temprano y vender antes los terneros o destinarlos a un manejo alimenticio diferenciado, liberando de esta presión a las vacas. El destete podría ocurrir a partir del 4° mes de edad. Y los terneros si no son vendidos, pueden ser separados de sus madres y ser alimentados en base a granos y forraje conservado.
El suministro de avena entera, un suplemento proteico (lupino dulce) y heno de calidad pueden ser entregados sin problemas, mientras la vaca hace uso del pastoreo y tiene una menor pérdida de condición corporal. La ración por kilo de estos terneros debiera tener una relación 70:30 entre avena y lupino, para alcanzar 2,6 Mcal EM/kg y PC=14-16%.
Asimismo se cuenta el uso de paja de cereales como complemento al pastoreo. Inia ha realizado varios estudios referentes a la utilización de pajas de cereales y leguminosas como complemento al pastoreo en vacas de crianza.
En general, se ha determinado un mejor consumo y aprovechamiento con la paja de avena, cebada y en último término la de trigo.
Las pajas derivadas de la cosecha de leguminosas (arveja, porotos) son igualmente recomendadas. Todas ellas pueden ser entregadas en el potrero desde mayo en adelante y esperar un consumo de 3 a 5 kilos diarios de estos forrajes toscos como complemento a la pradera que la vaca pastorea.
Adicionalmente se debe tomar en cuenta el consumo de sales, suministro de vitaminas y agua de bebida. Ello, pues las vacas varían en el consumo de sales y bajo condiciones de estrés hídrico y falta de forraje puede presentar una mayor variabilidad entre animales.
De allí que se haga necesario suplementar a potrero con una mezcla de minerales (micro y macro elementos) a objeto que la vaca pueda satisfacer sus requerimientos.
Ante la falta de forraje verde o caroteno en las plantas, el uso de Vitamina A inyectable o la entrega oral de ella a través del alimento son necesarios para un adecuado depósito y aprovechamiento de este elemento en el organismo del animal.
Además, otro aspecto a considerar es preocuparse en todo momento, que la disponibilidad de agua fresca y limpia esté a libre disposición del ganado, En efecto, una vaca puede requerir hasta 50 litros diarios y una oveja 5 litros al día, necesidad que puede aumentar con las altas temperaturas.
(*) Adrián Catrileo y Claudio Rojas forman parte del Departamento de Producción Animal de Inia Carillanca.
Fuente: Revista del Campo Sureño