En términos generales, las pajas de cereales permiten desde pérdidas de peso a pequeños incrementos de peso, según sea la paja usada, por lo que se consideran forrajes de mantención y sub mantención del peso vivo. Sin embargo, son absolutamente satisfactorias, para ser usadas como suplementos de vacas de cría, desde fines del verano, otoño e invierno y muy especialmente para vacas destetadas.
Las pajas de cereales pueden ser usadas con ventajas productivas y económicas en la crianza de bovinos, como complemento y sustituto de forrajes conservados, siempre y cuando se utilicen en forma adecuada y estratégica. Esto es especialmente importante en el actual período de sequía que se tiene en la Araucanía, donde gran parte de estos recursos forrajeros se están quemando, con la consiguiente contaminación y riesgos de incendios. En este contexto, los investigadores Claudio Rojas y Adrián Catrileo entregan valiosa información, respecto a la utilización de pajas de cereales en la crianza bovina, en períodos de sequía.
Estudios
En Carillanca se han realizado numerosos estudios con vacas preñadas a pastoreo, durante más de 120 días, para evaluar la suplementación a libre apetito, en el potrero, de pajas de cereales en comparación a ensilajes de praderas, durante el otoño e invierno. Las pajas probadas correspondieron a las que eliminó la cosechadora automotriz por la cola. Estos estudios se han conducido a partir del destete, desde abril hasta mediados de agosto, con cargas de hasta 2,8 vacas por hectárea. Los resultados señalan que las pajas provocan menores incrementos de peso en las vacas, en comparación al ensilaje de pradera de buena calidad. En términos generales, las pajas de cereales permiten desde pérdidas de peso a pequeños incrementos de peso, según sea la paja usada, por lo que se consideran forrajes de mantención y sub mantención del peso vivo. Sin embargo, son absolutamente satisfactorias, para ser usadas como suplementos de vacas de cría, desde fines del verano, otoño e invierno y muy especialmente para vacas destetadas. Es decir, si las pajas recolectadas están limpias de contaminación su consumo no provoca ningún problema de salud en los animales que las consumen.
Consumo
El consumo diario esperado de ofrecer a discreción pajas de cereales, a vacas adultas que permanecen en praderas permanentes, es de aproximadamente 5 a 7 kg/vaca. La variación depende de la disponibilidad de pasto que tenga la pradera. En este período seco donde la disponibilidad de la pradera tiende a cero el consumo de paja es máximo. Así, junto a la oferta de paja se debe asegurar el abastecimiento de agua de bebida, evitando que los animales deban recorrer grandes distancias para beber. También, se debe considerar la oferta de sales minerales en saleros ubicados en el potrero que tengan especialmente fósforo, calcio y vitaminas A, entre otros, a razón de 50 gramos diarios por animal.
En general, todas las pajas de cereales son bien consumidas en períodos de escasez de forraje, pero las preferencias de las vacas es mayor por la paja de cebada por sobre la de avena y estas sobre la de trigo y triticale. Así en la medida que los animales tengan un buen consumo de estas pajas mayores son las posibilidades de prolongar su uso en el tiempo.
La entrega de estos suplementos, al igual que los henos, idealmente se debe entregar en comederos apropiados, con el objetivo de evitar pérdidas innecesarias.
Para asegurar un buen consumo de paja es importante revisar los dientes de vacas y animales adultos. En la medida que lesfalte dientes no podrán recoger bien las pajas y lo más probable es que el consumo sea bajo y por ello se adelgacen, lo cual será motivo de su eliminación futura. Animales adultos en esa condición deberán consumir pastos tiernos, o pasto seco suaves y de buena calidad.
En la medida que se observe que las vacas se están adelgazando se debe cambiar las pajas por forrajes de mejor calidad. Cuando esto ocurra se debe tener presente que las vacas que inician el consumo de forrajes de mejor calidad será difícil volver a obligarlas a comer paja.
Por orden de preferencias de consumo animal y calidad descendente en las pajas de cereales se tienen a las de cebada, avena, trigo y triticale.
Todo lo señalado es válido para vacas adultas. Las vaquillas y vacas de primer parto deben recibir una mayor atención, debido a que ellas están gestando o lactando y a su vez creciendo. Si estos animales sufren restricción antes o después el parto, se verán lesionadas en su capacidad reproductora. En otras palabras, estos animales no deben perder peso y por el contrario, deben aumentar peso hasta completar su desarrollo, aún cuando estén criando.
De estas experiencias se concluye que las pajas pueden constituir parte de la ración diaria de bovinos adultos de crianza en épocas de sequía y escasez de forraje, como complemento y en reemplazo de los forrajes conservados. Si bien ellos no constituyen un alimento de gran valor, suministrados estratégicamente, pueden ayudar en la mantención o para submantención de peso, especialmente vacas en el período de post destete, en régimen de pastoreo. Desde el punto de vista del consumo, la paja de cebada constituye una alternativa que los animales consumen muy bien, presentando una mejor respuesta productiva, que la de avena y trigo.
Fuente. www.viveagro.cl