Mientras que la sequía apareció en esta etapa como la única componente exógena que modificó en forma negativa su situación, y la cual no podemos modificar aunque sí prever, el fenómeno meteorológico de “La Niña” ha hecho sentir el rigor de temperaturas extremas y estrés hídrico que afectan coyunturalmente la producción.
Algunas lluvias de enero podrían modificar parcialmente la percepción del productor sobre la sequía aunque mantiene vivas las imágenes de la sequía ocurrida en 2008/2009 que diezmó el rodeo nacional en casi 3 millones de cabezas.
Es muy difícil para quienes vieron morir sus animales en los campos por falta de agua y que perdieron en pocos meses todo su capital acumulado en décadas de trabajo, explicarles teóricamente los partes meteorológicos, señala un trabajo realizado por el director Ejecutivo de Rosgan, Raúl Milano y difundido por la Bolsa de Cereales de Rosario.
Con respecto a la industria frigorífica, Milano señala que: “La situación de la industria frigorífica era un hecho previsible que solamente podía ser modificado por cambios en las visiones oficiales.
El panorama es el siguiente: nuestro país posee una capacidad instalada de 19 millones de cabezas anuales y solamente está faenando 11 millones, lo que representa el 57 por ciento.
La desestructuración de la exportación llegó a incumplir durante varios años la Cuota Hilton prefiriendo garantizar cortes baratos para el mercado doméstico restando kilos a la exportación pero este proceso llegó a su fin.
No se necesita ningún elemento más para saber que uno de los activos más importantes de la Argentina es su excelente carne requerida por los mercados más exigentes del mundo.
Pero una industria instalada con los niveles más altos de tecnología y sanidad, no puede seguir funcionando al 40 por ciento de su capacidad, teniendo en cuenta que debieron ajustar su sistema destinando más de la mitad de la faena al mercado interno a precios de barata para poder realizar embarques.
Así, quienes son titulares de las más importantes plantas exportadoras del país han decidido cerrar definitivamente el grifo de sus pérdidas que empezaron hace más de un año”.
Los sectores intervinientes de la cadena necesitan recuperar confianza en el futuro
Como para pensar el futuro es necesario un mínimo de previsibilidad, la cuestión no pasa por garantizarle a la industria la rentabilidad sino, simplemente, acotar sus pérdidas para no dejar caer un capital invalorable que llevará muchos años recuperar.
“Se necesita elaborar una matriz de oferta de carnes rojas y blancas que contemple todas las variables y permita orientarlas hacia una industria de alimentos proveedora de las demandas del exterior, ya que acotar nuestros modelos industriales exclusivamente al consumo interno no sólo dilapida oportunidades, sino que no es sustentable en el tiempo con los niveles de estándares tecnológicos y sanitarios requeridos”.
La oferta de carne aviar, construida sobre una reconversión del sector e importantes compensaciones, no es un peligro para la carne roja sino un sustituto que logró precios accesibles para el mercado interno, además de abrir una senda exportable que augura un gran porvenir.
El mismo recorrido realizó la industria exportadora de carne roja hace muchas décadas atrás, lo cual le permitió conquistar y mantener los mercados más exigentes del planeta, y dar una señal clara de volúmenes exportables.
Esto no solo garantiza su sobrevivencia sino que es el mayor acicate para que el productor comience una producción de novillo gordo, sabiendo que podrá colocarlo a su terminación y no formará parte de una ruleta en el tiempo.
Recrear la confiabilidad en el sector con metas claras es el mejor aporte que pueden recibir los productores.
“La Argentina tiene el privilegio de tener el rodeo británico más grande del mundo convirtiendo a nuestra carne en una delicatesen.
Las reglas del mercado entre oferta y demanda libre siempre fueron las que el productor aceptó, sufriendo los momentos malos de precios ante una oferta elevada y recibiendo el premio a su trabajo en los momentos de demanda alta, en este juego sencillo el mercado más trasparente con miles de oferentes y demandantes supo funcionar durante casi toda una vida generando riqueza en beneficio del país”.
Los nubarrones de comienzos de 2012 pueden ser rápidamente abordados y tienen menor complejidad que muchos de los problemas estructurales del país.
“Debemos aprovechar este período de reconstitución de stocks dando señales claras que no desalienten a la producción ganadera, que incentiven a seguir invirtiendo en un sector que tiene el futuro garantizado, si hay algo que es indiscutible es que el mundo necesita alimentos y muy pocos países están en condiciones de brindarlos, nuestro país tiene la suerte de estar en el tiempo y el espacio en el lugar justo, la oportunidad solamente depende de nosotros”, finaliza el director del Rosgan