“Hoy en día si se va un campero o un ordeñador es muy difícil reemplazarlo”, dice José Antonio Alcázar, gerente técnico de la Sociedad Agrícola y Ganadera de Osorno (Sago), dando cuenta de un problema que cada vez se hace más evidente en el campo: la mano de obra no sobra.
“Como fenómeno social, este tema tiene varias aristas, por lo tanto, lo estamos abordando en conjunto a las carteras del Trabajo y de Interior para trabajar lo más ampliamente posible”, señalaba a Campo Sureño hace algunas semanas el ministro de Agricultura, Luis Mayol, enfatizando en que el problema debe ser abordado.
Se trata de un fenómeno que queda en evidencia en las cifras del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) que revelan una caída importante en los ocupados en esta rama de la economía. En el trimestre enero – marzo 2012, el sector disminuyó su fuerza laboral en 4,6% respecto a igual trimestre del año 2011; en total, unas 37 mil personas.
El tema es considerado crítico en la Sociedad Nacional de Agricultura. De hecho, el presidente de la SNA, Patricio Crespo, señaló recientemente en un seminario sobre las perspectivas de la temporada 2012-13, que la sequía y la falta de mano de obra serán los temas que impactarían negativamente este año.
En efecto, a juicio de Crespo, en los últimos años el sector ha perdido muchos empleados que prefieren trabajos como la minería, el retail y el comercio.
Algo que ya se aprecia en el sur de Chile. En la Región de Los Lagos, en el trimestre enero-marzo de este año, la mano de obra ocupada fue menor a la del mismo periodo de 2011 en casi dos mil personas, sin que existan menores faenas.
En La Araucanía pasa algo parecido. Andreas Köbrich, secretario ejecutivo de la Sociedad de Fomento Agrícola de Temuco (Sofo), cree que en el sur efectivamente se está viendo una escasez de mano de obra.
A su juicio, se trata principalmente de oficios específicos, como tractoristas, camperos y ordeñadores.
Desde su perspectiva el tema es más profundo. Y partió con la migración campo-ciudad hace algunas décadas, pero hoy se suma a la competencia con otros sectores y a otros factores. “Es difícil competir con la minería, por ejemplo”, advierte.
Esto se expresa, comenta, en el éxodo de tractoristas, muchos de los cuales ven oportunidades en otras zonas, ya que las firmas mineras requieren operarios de maquinaria pesada.
Köbrich cree que no es sólo dinero lo que hace difícil competir. “Hay otros factores como la imposibilidad de pactar jornadas laborales. Eso hace más complicado el contar con personal y hace menos competitiva a la agricultura”, remarca.
Por ello, cree que es clave apurar el trámite el estatuto laboral para los trabajadores agrícolas, que se alza como una alternativa para enfrentar el problema que se genera en diversos rubros.
El gerente técnico de la Sociedad Agrícola y Ganadera de Osorno (Sago), José Antonio Alcázar, ve el tema desde dos perspectivas.
La primera, en cuanto a la necesidad de mano de obra temporal, para faenas agrícolas en rubros en expansión como el arándano. Para ello, sostiene, se pueden tomar medidas como atrasar el periodo de entrada a clases de los estudiantes en ciertas zonas productivas.
Ello, como una manera de propiciar la permanencia de mujeres que trabajan en cosechas en el peak de la temporada (marzo y abril) y también de estudiantes secundarios.
El segundo aspecto, dice, se relaciona con los trabajadores permanentes, los cuales no son fáciles de encontrar. Al menos con la idoneidad, la experiencia y la productividad requerida.
A su modo de ver, esto recién está comenzando a cambiar con algunas escuelas agrícolas que están especializando a estudiantes en labores específicas. “Esto es algo que puede impactar en el futuro; pero lo cierto es que hoy es complicado”, considera, agregando que el sector agrícola sigue siendo atractivo y competitivo con otros de la economía.
Asimismo, señala que los empresarios agrícolas están entendiendo que la mano de obra es clave y que su costo es relativo. “Si yo tengo un ordeñador que es sumamente productivo, evidentemente eso va a tener un impacto en los resultados y a la larga el costo de este ítem será menor”, recalca.
sobre la mesa
Lo cierto es que el tema está en el tapete. Al encabezar la última sesión de la Mesa para la Competitividad Agrícola, el ministro Luis Mayol constató la necesidad de modificar el escenario laboral a través de la creación de proyectos en esta dirección. Entre ellos, incluso el de aumentar el cupo de extranjeros de 15% a 25% para desempeñarse en labores propias del agro.
Ante los integrantes que componen la mesa –Asoex, Fedefruta, Chile Alimentos, Mucech, La Voz del Campo, entre otros– el secretario de Estado, destacó la iniciativa ministerial de desarrollar a través de la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias del Minagri (Odepa), un “Catastro Laboral Agrícola” que entregue información precisa sobre la demanda real de mano de obra en los diversos rubros agrícolas a lo largo del país.
“(La idea de) terminar la construcción de este catastro que estamos levantando a nivel nacional, para determinar en definitiva, cuáles son las reales necesidades de las diferentes regiones y zonas de Chile, porque creemos que no en todo el país se da la misma situación de falta de mano de obra y por eso estamos esperando sus resultados, los que estarán prontamente”, dice.
En ese plano, hizo un llamado a la tranquilidad en el sentido que “estamos enfocados en este tema y estamos trabajando para no perjudicar la situación de los trabajadores chilenos. Por lo mismo, queremos contar con toda la información, a través de este catastro laboral”, dijo ante los gremios agropecuarios.
las opciones
Según explicó Mayol a Campo Sureño, una de las posibles medidas a tomar sería fortalecer y modernizar la política nacional de migración, la cual se debería alinear a las políticas migratorias de países del primer mundo, como es el caso de Nueva Zelandia, Australia o Canadá.
“Una de las soluciones que estamos estudiando es el diseño de visas temporales de trabajo, en donde prima el concepto de migración circular promovido por la OCDE”, sostuvo.
Justamente, otras alternativas que se barajan pasan por incrementar el cupo de extranjeros, “preocupándose de no afectar el empleo de los miles de trabajadores agrícolas que actualmente se desempeñan en nuestro sector, como también de generar las propuestas de cambio normativo que resguarden las condiciones laborales de la mano de obra foránea”.
La respuesta está en análisis. De hecho, se espera que a través del catastro se pueda establecer la dimensión de un problema que está aquí. “Es evidente que en la medida que nos acerquemos al pleno empleo, el problema de la mano de obra será creciente”, sentencia Andreas Köbrich.
Los números de la fruta
En el marco de un proyecto -desarrollado por Inia Carillanca- que apunta a mejorar la planeación de recursos humanos que permitan a los empresarios del rubro generar un cambio trascendental en la estructura de costos, se calcula que en un plazo de tres a cuatro años se requerirán unas 19 mil personas para cosechar arándanos entre las regiones de La Araucanía, Los Ríos y Los Lagos. Es decir, 60% más de los que se usan en la actualidad.
“Se trata de 7 mil personas más que las actuales y que probablemente no van a estar. Porque se dan todas las condiciones para que no estén. Hoy tenemos un escenario de casi pleno empleo, donde además muchas industrias fuertes como las mineras están absorbiendo mucha mano de obra”, sostiene Abel González, investigador de la Plataforma Frutícola de Inia.
Según Ramiro Poblete, representante del área Frutales de Cooprinsem, aumentar la productividad de la mano obra, a través del uso herramientas de planeación estratégica de recursos humanos es la ruta de trabajo de los empresarios frutícolas, para hacer más competitivas las empresas de arándanos en Chile y enfrentar el problema que tienen encima. “Es decir, los cosecheros deben ser más productivos; una necesidad que puede marca el devenir de la actividad”, dijo el experto durante el lanzamiento del proyecto.
Fuente: Revista del Campo Sureño