Por ley, la labor de inspección de carnes en plantas faenadoras corresponde al médico veterinario; profesional calificado para la detección de lesiones producidas por enfermedades en los animales que pudiesen transmitirse a los seres humanos a través de la ingesta de esa carne o productos derivados.
Pero, ¿cómo nos aseguramos de unificar los criterios de análisis para todos los profesionales y colegas que desempeñan funciones en plantas faenadoras desde Arica a Magallanes?
La respuesta es clara: con capacitación, sistemática y permanente.
Gracias a la adjudicación de un Fondo SAG, la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Austral de Chile ejecuta el Plan Nacional de Capacitación en Tuberculosis Bovina, convirtiéndose en un brazo muy importante en la lucha para erradicar esta enfermedad de nuestro país.
La Tuberculosis Bovina es una enfermedad zoonótica, es decir, que puede transmitirse de los animales al hombre y que, además, no tiene cura.
Tiene un impacto directo en la eficiencia de los sistemas productivos y en la industria del sector ganadero, porque provoca importantes pérdidas en la producción de carne y leche, constituyendo además una restricción a la exportación de los alimentos de origen animal.
En el marco de este programa hemos logrado reunir a más de 60 inspectores dispuestos por el SAG en plantas faenadoras de diversas regiones del país, con quienes compartimos enriquecedoras jornadas dedicadas en la detección de lesiones tuberculosas en bovinos, despejando dudas, aunando criterios y, dentro de la normativa vigente, estableciendo patrones y protocolos comunes para ser aplicados por todos de igual manera.
Es importante que los médicos veterinarios de plantas faenadoras de todo Chile estén en permanente capacitación y contacto entre sí, compartiendo experiencias e intercambiando información sobre nuevos casos.
Aunque si bien existen patrones comunes a seguir en el examen post mórtem destinados a la detección de lesiones tuberculosas, debemos tener conciencia de que las enfermedades también evolucionan junto con los avances en medicina veterinaria.
La UACh cuenta con una sala de necropsia debidamente equipada para el trabajo con estudiantes y también para capacitaciones de esta naturaleza, ya que aún cuando en plantas se faenen animales clínicamente sanos, existen enfermedades que son detectadas recién en el examen post mórtem, situación que muchas veces marca el inicio de un tratamiento sistemático en los rebaños de los cuales provienen estos animales, tomándose las medidas necesarias para controlar o erradicar estas enfermedades.
Fuente: Revista del Campo Sureño